"Tengo 43 años, aún vivo con mi madre y en casa no levanto un dedo. ¿Por qué debería avergonzarme?"
Crecer y emanciparse de la familia, llegar a la edad adulta y buscar la propia independencia es el objetivo de la mayoría de las personas. Sin embargo, hacerlo no es algo obvio, especialmente si no se logra tener una estabilidad económica, o quizás porque no nos sentimos preparados o no encontramos a la persona adecuada con la cual formar un nuevo núcleo familiar.
Luego existen personas, hombres y mujeres, que no quieren irse de sus casas en las que nacieron y harían lo imposible para no despegarse de sus padres. Podría ser una cuestión de pereza, es cierto, pero cada uno tiene sus motivos personales. La protagonista de nuestra historia, por ejemplo, habló de las suyas y se mostró bastante convencida con respecto a su decisión.
via The Sun
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Jo McMillan es una mujer de 43 años de Ealing, Londres, Reino Unido, que confesó que siempre ha vivido con su madre, Bathaline, de 73 años. Sin salir nunca del nido familiar, nuestra protagonista sigue adelante como si fuera una adolescente. Trabaja, ess cierto, pero nunca se hizo independiente con respecto a su madre que en la casa se ocupa de todo.
"Yo no muevo un dedo -confesó la mujer de 43 años- mi madre cocina, lava, plancha, limpia y no quiere que la ayuden en absoluto. Vivir con ella es como estar en un hotel. Parece una broma, pero en realidad no lo es: hizo trabajos así durante su vida y no soporta ver desorden. Cuando llego del trabajo y estoy cansada -continuó Jo- dejo la ropa para lavar en una silla, esperando el momento adecuado para arreglarla, pero ella siempre pasa primero y encuentro las cosas en su lugar".
Jo no siempre tuvo en su mente irse de la casa de su madre y trabaja desde los 20 años. Sus planes eran los de ser famosa, viajar por el mundo y cada tanto regresar a lo de su madre para saludarla y pasar un poco de tiempo con ella, pero la vida resultó diferente.
"No salió como soñaba de adolescente y me tuve que conformar con un trabajo en Londres -contó la mujer- Muchos de mis amigos se encuentran en la misma condición que yo y como yo al igual se dieron cuenta de los altos costos de vida en el lugar donde trabajamos. Entonces me dije: ¿por qué no seguir viviendo con mi madre? En lugar de gastar dinero en alquiler cualquier departamento, colaboro con los gastos en su casa, pero luego ella se encarga de todo".
La mujer dijo que antes de salir siempre hace la cama de su cuarto y la madre todos los días le pregunta a que hora volverá para que la cena esté lista para ella. "Si me olvido de avisarle cuando ceno afuera, termino comiendo dos veces". Pero no es solo la comodidad lo que la convence a no irse. Quedándose allí, la mujer le hace compañía a su madre y esta última no se siente nunca sola, sin contar que la mujer de 73 años nunca pretendió que su hija se vaya.
La pregunta en este punto surge más que espontánea: ¿está bien que un hijo o una hija se quede en la casa de sus padres después de convertirse en adulto? ¿Tú qué piensas?
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