Médico vuelve después de 5 años a un terreno de su propiedad: encuentra edificada una casa de un valor inmenso
Una casa, un techo sobre su cabeza, son fuentes de seguridad y estabilidad: representa sin dudas un bien de gran valor. Poseer un inmueble evita el goteo de dinero imputable al pago de un alquiler o de un crédito. Una demora es indispensable prácticamente para cualquier individuo, en modo especial si se tiene la intención de formar una familia.
Se entiende entonces cuanto es importante poseer un bien semejante. Pero también un terreno de propiedad no es poca cosa: podría ser utilizado para varios objetivos remunerativos y/o para edificar arriba de él una casa, el "propio nido". El problema, en la historia que nos alistamos a contarles, no ha sido tanto tener una casa. ¡Más bien ha sido encontrarse una que seguramente no se ha comprado jamás!
via Washingtonpost
El médico Daniel Kenigsberg, 70 años, se encontró en una extraña como desagradable situación. Un episodio más único que raro que totalmente lo ha sorprendido: llegó a conocer sobre la presencia de una majestuosa residencia que se había construída justo sobre su terreno. A sus espaldas natualmente. Pero vamos en orden.
El doctor Kenisberg es originario de Connecticut y donde ha pasado toda su infancia y adolescencia: se alejó de su familia (y de la vieja casa que antes estaba presente) para poder frecuentar la facultad de medicina en New York Medical College. Completada su formación se mudó a Maryland y luego a Setauket, New York, junto a su mujer.
Luego, a distancia de años, la madre del hombre murió y él obtuvo en herencia el terreno y la casa de los padres donde había crecido. Decidió vender la casa en poco tiempo, pero se había quedado con la parcela de tierra pensando que iba a poder dejarlo como herencia a su vez para sus descendientes. Pero sus proyectos fueron de una manera muy diferente de como se los había imaginado.
Durante años el médico había pagado regularmente los impuestos de posesión por aquel terreno y había recibido varias ofertas para su compra, pero las había rechazado todas. Sin embargo una sociedad de Connecticut ha comprado aquella propiedad por casi 350.000 dólares y todo con la máxima transparencia y legalidad. O al menos así pensaban.
Sin embargo parece que alguien fingió ser el doctor Kenisberg solo con el objetivo de poder vender aquel terreno ¡y quedarse con el dinero! El verdadero médico ha descubierto el evento desafortunado por pura casualidad: una mañana un viejo compañero de clase del hombre lo había contactado comentándole que un amigo suyo de la infancia estaba enfermo y necesitaba un parecer de un experto. Por pura coincidencia, durante la llamada teléfonica, el amigo que lo había contactado había comprado la nueva casa en construcción sobre el suelo donde Daniel se había criado. Pero este último no tenía conocimiento de nada al respecto.
Entonces Kenisber se dirigió al lugar para visitar al amigo en común y después se dirigió a su terreno en posesión. Emocionado había podido constatar con sus ojos donde había dejado plantas y árboles ahora surgía una imponente casa de tres pisos. Investigando junto a su abogado había rastreado la supuesta acción fraudulenta que tuvo lugar contra él y la agencia compradora.
Una causa judicial había sido abierta para que la construcción, de un valor de 1,4 millones de dólares, sea eliminada y reemplazada por plantas y árboles que antes estaban presentes. ¿Tú qué piensas de esta increíble historia?