Las desilusiones sirven a hacerte abrir los ojos, no hacerte cerrar el corazon
Cada uno de nosotros tiene esperanzas y espectativas que no siempre se hacen realidad. Entonces quedamos decepcionados, doloridos, porque las desilusiones hacen mal y mucho mas mal se provienen de las personas a la cual somos particularmente leales.
La desilusion esta percibida como una cosa negativa que influye sobre nuestra vida. Pero debemos aprender, que tambien la desilucion puede enseñarnos mucho: a evaluar nuestras espectativas hacia nosotros mismos y los demas, por ejemplo, o a evaluar aquello que nos hace verdaderamente felices.
A veces se desea tercamente una cosa y si no se la obtiene se queda desilusionado y triste. Entonces, si nuestra felicidd debe depender de aquella cosa que queremos y no hemos obtenido, entonces estamos en serios problemas, porque la felicidad es un estado subjetivo y si no estamos apaciguados de aquello que tenemos, podremos no ser felices ni siquiera obteniend la cosa deseada.
Ademas, la sociedad nos impone de obtener cosas en determinados tiempos: por ejemplo mejorar en el trabajo, encontrar el alma gemela, legar a un determinado objetivo. Pero cada uno de nosotros es unico y tiene sus tiempos. Entonces, no obtener aquello que se quiere en un determnado tiempo no quiere decir que no se obtendra.
Cuando se encuentra el alma gemela se espera que todo sea sublime, encantado. A veces se pretende demasiado de la pareja propio en consideracion de aquello que nos esperamos de la otra persona. Entonces es bueno preguntarse si aquella persona esta en grado de satisfacer nuestra espectativa y en vez de entristecerse uno debe pensar en el otro y lo que uno puede hacer por él.
No se puede fosilizar sobre un unico camino para llegar a un objetivo, se necesita aceptar que existen circunstanias diferentes que podrian querer una improvisacion nuestra. No nos ponemos tristes de inmediato, pero pensamos en una forma diferente de lograr nuestro objetivo por igual.
Se necesita saber tomar la oportunidad que tambien las desepciones pueden ofrecernos: aquella de crecer. A veces se crean "barreras" voluntarias que nos cierran al mundo. Seguramente nos mantendrán libres de nuevas decepciones, pero al hacerlo perderemos la capacidad de amar, vivir y, por qué no, volver a engañarnos a nosotros mismos.