Enamorarte de quien te mira como si fueras un milagro
En la vida todos nosotros tenemos un destino diferente: hay quien esta destinado a viajar, quienes a vivir una vida familiar, quien esta destinado a cumplir grandes tareas, quien a ser rico o vivir en manera mas modesta...En fin, los matices posibles son muchos y cada ser humano esta destinado a pasar a traves de experiencias muy diferentes entre ellas. Quizas, hay una cosa a la cual dificilmente un ser humano puede renunciar: el amor.
Cada uno de nosotros, a lo largo de su camino, encuentra este sentimiento, quizas una vez sola o muchas veces; algunos lo persiguen por una vida, otras tienen la suerte de encontrarlo al primer intento. De seguro, todos merecemos de encontrar el amor verdadero una vez en la vida y sobre todo todos merecemos de sentirnos verdaderamente amados.
Todos merecemos de reflejarnos en los ojos de otra persona y de ver en aquellos ojos desaparecer todos nuestros defectos, nuestras inseguridades, porque finalmente vienen aceptados. Todos merecemos de encontrar alguno que ama tambien nuestras grietas y las entrañas de nuestra alma, los pensamientos que no podríamos confesar incluso a nosotros mismos.
Alguno que, al conocer y comprender estos defectos, nos da la fuerza para superarlos, nos haga entender que ningun desafio es demasiado grande para ser afrontado si es afrontado unidos. Alguno que nos enseñe que cosa es la libertad, incluso estando juntos.
Todos merecemos un amor que repentinamente nos mira como si cada otro ser viviente sobre la Tierra hubiera desaparecido; alguno que repentinamente nos quita el respiro con un gesto amoroso; alguno donde el solo pensar nos haga arquear la boca en una sonrisa inesperada.
Todos crecemos antes o despues, todos somos destinados a abandonar aquel bellisimo momento que es la infancia para tirarse en la realidad de la vida, en donde es siempre mas dificil encontrar aquel calor humano y aquella proteccion que probamos desde pequeños. Y es propio por esto que todos merecemos un amor que nos haga sentir en casa, que nos reciba en su vida sin tener dudas, que nos haga sentir en el lugar justo en el momento justo.
Todos merecemos alguno delante al cual podemos bailar sin sentirnos infantiles, gritar sin sentirnos locos y reir sin miedo de parecer tontos. Porque el amor no es ansia, lagrimas o preocupaciones: el amor es cuando alguno toma tu mundo y lo hace un mundo mejor.