Las personas crueles, antes o despues, pierden siempre la mascara de la bondad

por Patricia Zorzenon

23 Enero 2019

Las personas crueles, antes o despues, pierden siempre la mascara de la bondad
Advertisement

Habia una vez un lobo que se vestia de cordero, como cuenta Esopo en su fabula. Y hay individuos de animo cruel que se visten bajo un manto de falsa bondad. Se trata de personas manipuladoras que ponen en acto chantajes emocionales enmascarados de buenas acciones para provocar la sumisión y la culpa en el otro. En la vida debemos saber reconocer y alejar a quienes se presentan disfrazados para llegar a un segundo fin, para nuestra desventaja.

 fotografierende/Unsplash

fotografierende/Unsplash

La maldad existe, es un aspecto del animo humano y a cda uno de nosotros les habra ocurrido de conocer al menos una vez en la vida una persona mala. En ciertos casos, los comportamientos agresivos son influenciados de la genetica, pero el objetivo ultimo es igualmente hacer de modo que estas personas no adquieran el poder de influenciar nuestra vida.

Como reconocer y defenderse de la crueldad camuflada.

En la vida de todos los dias no es inusual tener que ver con personas que nos agredan inusualmente, poniendo en accion comportamientos falsamente buenos, manipulaciones afectivas, dobles juegos calculadores. En juego esta nuestro bienestar y necesita defenderse de las personas "chupa-energia". Asi es como.

  • Aprendamos a evitar a las personas crueles.

Hay un esquema comun que las personas malvadas actuan para entrar en nuestra vida:

  • 1. Usan la mentira para acercarse: bellas palabras, pero nobles promesas que, tienen solo la intencion de tener el control y manipular.
  • 2. Pronto nacera la clara sensacion de estar sometido y a merced de esta mala persona. Se caera el velo que esta sobre nuestros ojos y comenzaremos a ver al individuo por aquello que es.

Una vez reconocidos estos mecanismos, la unica cosa de hacer es alejar de nuestra vida aquella persona. Poco importa si se trata de un pariente cercano o de un amigo.

Encontramos en nosotros la fuerza para romper el circulo toxico del control y de la agresividad de la cual somos victimas, alejandonos y poniendo las distancias definitivamente.

 

Advertisement