Esta mujer tiene 87 años y pinta las casas de su pueblo para hacer del mundo un lugar mejor
Cuando hay pasion, todo el resto pasa en segundo plano: ni siquiera la edad anagrafica constituye un impedimento, cuando las ganas de lograr alguna cosa es muy fuerte.
Anežka Kašpárková, 87 años, es el ejemplo de como la edad es solo un numero insignificante respecto a las alegrias de la vida: vive en Louka, un pueblo de la Republica de Checoslovaquia, con menos de mil habitantes. Es solo gracias a ella si el pueblo se ha convertido en una meta imperdible de turistas: bajo la lluvia o con el sol ardiente, transcurre los dias en embellecer las paredes de las casa. Porque lo hace? "Solo para decorar un poco el mundo en que vivo", ha dicho.
Anežka pinta las paredes de las casas de su pueblo con motivos floreales y tradicionales. No obstante la edad de 87 años, la mano esta todavia firme para trazar minuciosos detalles.
El amor por el arte ha crecido cuando se ha jubilado: ha comenzado a frecuentar una señora del pueblo que le ha enseñado los secretos del oficio.
En el pueblo, es la unica a realizar esta antigua tradicion. Para pintar Anežka usa un color azul ultramar: es esta su firma personal.
La pintura que usa es muy costosa: debe resistir el sol a la intemperie y durar tiempo visto que ninguno podra sustituirla un mañana.
Se ocupa tambien de la pequeña capilla del pueblo, de la cual tiene particularmente atencion.
Esta anciana señora es de inspiracion para todos aquellos que tienen miedo del avance del tiempo: la edad no podra jamas apagar la fuerza de voluntad que arde en el corazon!
Deberiamos recordarnos de Anežka cada vez que advertimos el peso del tiempo sobre las espaldas: no nos hagamos apagar del tremor de manos o de la debilidad, hagamos siempre aquello que nos hace sentir jovenes y vivos!