Estas palabras no son de ayuda para una persona que esta viviendo un dolor
Por desgracia la vida esta hecha también de momentos dolorosos, que atravezamos nosotros en primera persona o quien nos esta alrededor. Por cuanto podamos haber tenido experiencia directa, a menudo cuando es alguien cercano a nosotros a sufrir por una pérdida, no sabemos como poderlo consolar: nos parece que cada palabra suena vacía y quizás inoportuna, y nos sentimos en dificultad, a veces también impotentes.
Que se trate de una pérdida, de un abandono o de cualquier otro tipo de evento doloroso, quien sufre experimenta un vacío profundo: veamos el mejor modo para estarles cercano.
Las palabras son un arma de doble filo: podemos aliviar el dolor, pero podemos tambien agudizarlo; podemos salvar quien las pronuncia o hacerlo sentir molesto. Alba Payàs psicoterapeuta directora del Institut -PRRI de Barcelona, en su libro The Message of Tears, ha identificado algunas frases que se necesitarian evitar de pronunciar a quien esta sufriendo, entre las cuales:
- Ahora puedes ayudar a otros padres / hermanos / etc .;
- Eres joven! Te volverás a casar;
- Recuerda las cosas positivas;
- Este dolor te hará una mejor persona;
- Los niños son pequeños, se olvidarán;
- Sé cómo te sientes, a mí me pasó lo mismo;
- Afortunadamente, tus hijos ahora son geniales, imagina si hubiese sucedido antes;
- Afortunadamente, tienes más hijos;
- Piensa en tus otros hijos.
La persona que sufre en aquel momento no puede ser distraida, su mente esta concentrada sobre recuerdos y sobre ausencias; a veces tiene miedo de como sera su vida ahora. Mejor de mil palabras es entonces un respetuoso silencio: aquello que cuenta es hacer sentir la propia presnecia, el propio afecto, sin por esto que sea necesario articularlo dandole voz. Si no percibimos como autenticas nuestras palabras que queremos pronunciar, mejor callar y escuchar: el escuchar tiene un poder enorme y nos pone en contacto con los otros, incluso mejor de las palabras. Aquello permitira al otro de sacar afuera el propio sufrimiento, incluso solo llorando. El lanto es de hecho una reaccion liberadora, que permite de expresar lo inexpresable; lava la tristeza, sacando afuera el dolor.
Hagamos sentir al otro que estamos, sin hacernos sentir: tarde o temprano levantará la mirada, quizás incluso por un momento, y al ver que estamos allí, sentirá un poco de calidez en su corazón.