Gritarle a un niño no solo es inútil, sino que podría incluso ser dañino, según varios expertos
Ser padres es una experiencia increíble, que llena seguramente de alegría y amor; pero, como todas las experiencias ricas y complejas, lleva tambien una cierta dosis de cansancio y estres. Correr detras a niños nerviosos y siempre en movimiento, al mismo tiempo, lograr el daño colateral de sus fantásticas tareas infantiles, además de las tareas domésticas, el trabajo, etc., sin duda requiere mucha energía, pero también mucha paciencia.
La tentación a la que nos arriesgamos de ceder es aquella de desahogarnos, gritando contra los niños, en modo de obtener obediencia dejando también parte del estrés acumulado. Sin embargo, gritarle a los niños tiene consecuencias físicas extremadamente negativas: cuales son y cómo evitar los gritos.
Las consecuencias sobre los niños
Segun un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh y Michigan, hay cuatro modos en la que gritar a los niños influye negativamente sobre su desarrolo neurologico y cerebral.
- 1. El cuerpo calloso cerebral - que une los dos hemisferios del cerebro - puede recibir un flujo inferior de sangre, dañando el equilibrio y la capacidad de atencion del niño;
- 2. Dado que el grito se usa para advertir de un peligro,ello estimula la producción de cortisol, - la hormona del estrés -, que predispone al cuerpo a atacar o huir: por lo tanto, el cuerpo del niño se pone rígido y los pensamientos se bloquean;
- 3. Gritar al niño socava la autoestima: pueden sentirse no amados ni apreciados, incluso si la intencion de los padres es solo aquella de corregirlos;
- 4. Los niños que sufren violencia verbal pueden desarrollar problemas de comportamiento, como: la actitud de mentir, la depresion, la agresividad y un escaso rendimiento en la actividad cotidiana.
Porque se grita a los niños?
Incluso no conociendo en detalles los efectos negativos del grito sobre los niñs, los padres saben en el fondo, que los hijos lo sufriran. Pero entonces porqué continuan a hacerlo?Esencialmente por estas dos razones:
1. Los padres a menudo replican los modelos de comportamiento que experimentaron en su infancia: si sus padres gritaban, ellos también lo harían con sus hijos. Liberémonos, por lo tanto, del peso de los modelos de crianza equivocados, también para no condenar a nuestros hijos a hacer lo mismo una vez que se conviertan en adultos.
2. Uno se abandona al estrés y la fatiga, haciendo explotar su ira contra los más cercanos a nosotros, los niños. Sabemos que es injusto, además de dañino: detengámoslo.
Por eso armemonos de mucha paciencia y afrontemos los momentos mas duros con la conciencia que antes o despues terminaran y pensando a todo el amor que nuestros hijos nos dan.