Cartas a las abuelas, que iluminan siempre el camino delante a nosotros
Cuál refugio es más seguro de los brazos de la propia madre? Cualquiera responderá "ninguno", pero algún otro será capaz de encontrar un corazón sobre una persona que ha sabido acogerla y hacerla sentir protegida, quizás cuando en vez la mamá estaba demasiado ocupada o enojada por alguna fechoría: la abuela.
Comprensivas y presentes, siempre con algún caramelo escondido en la cartera y pronta a endulzar el paladar y corazón de sus nietos, las abuelas son como meteoros luminosos, que atraviesan brevemente nuestra vida, representandola con el calor de una sonrisa.
Las abuelas tienen siempre una sonrisa para ofrecernos, un consejo para ayudarnos en nuestros problemas y un abrazo para aliviar nuestras penas. A los ojos de nosotros niños, parecen ser animadas del solo objetivo de hacer felices a aquellos que las rodean, quizas cocinando nuestro dulce preferido, o entreteniendonos con sus antiguas canciones infantiles, aquellas que no olvidaremos jamas. Asi nos enseñan el significado de la dedicacion, del sacrificio desinteresado, del verdadero amor.
Por esto, la abuela es siempre bella: sus arrugas no cubren el rostro, los cabellos grises lo contornan, pero sus ojos estan siempre encendidos de una luz maravillosa.
La abuela nos quiere bien sin juzgarnos por nuestras elecciones - incluso si no siempre las entiende. Es un poco padre, un poco maestro, un poco amiga, pero con la liviandad y sin invadir nuestros espacios privados. Tiene dificultad en adaptarse a la tecnologia moderna, pero esta siempre en grado de encontrar las palabras justas para cada ocasion; aquellas que llegn al fondo del corazon; aquellas que buscaremos siempre, en cada momento, para sentirnos protegidos y al seguro, como de niños.
Por esto y tantos otros motivos, la abuela quedara siempre viva en las mentes y en los corazones de sus nietos; una insustituible sustituta de la mamá.
