Esta escuela ha instalado un distribuidor automático que vende libros en vez de refrigerios
Combatir el consumo excesivo de comida basura y de dulces reemplazandolos con la cultura: este es el propósito del personal de una escuela primaria de Umatilla, en Florida, que ha puesto en práctica una iniciativa original para involucrar a los más pequeños con la lectura.
Después de haber tenido la idea de una publicación online, la curadora de la biblioteca escolar Susan Caldwell ha activado a sus colaboradores para encontrar un viejo distribuidor de refrigerio reacondicionado ( o sea controlado y puesto a nuevo), llenándolo de libros para niños de varios grupos de edad.
Muchos de los libros han sido donados a la escuela de otros entes, y esto permite de venderlos a un costo irrisorio: apenas 50 centavos. El objetivo no es, de hecho, alimentar las arcas de la escuela, sino desencadenar un círculo virtuoso.
Los niños pueden comprar los libros introduciendo dinero, ya sea utilizando particulares "creditos" (bulldog bucks) que se les enseña a los maestros cada vez que se comportan en manera correcta, sea por cuanto respecta al estudio y a las tareas que reguarda a la interaccion con los compañeros. Cuando acumulan una "suma" suficiente para comprar un libro, Susan Caldwell les da una ficha para gastar en la máquina.
Esta estrategia de transformar este acercamiento a la lectura en un pequeño desafio y de hacer la compra divertida gracias al distribuidor esta dando sus frutos: los niños parecen entusiasmados, y han acogido la iniciativa con gran alegria.
Quien sabe si otras escuelas no decidan de seguir el ejemplo, transformando la recreación en un momento en que se consuma cultura...más que dulces.