La dulce relación que se establece entre una niña y su hermano mayor
En la vida de muchas mujeres existen tres figuras masculinas fundamentales: el papá, el marido y el hermano. Sin quitar nada a los primeros dos, este último tiene una cosa de especial: es una unión que durará para siempre. A juzgar de las peleas y de las luchas desde la infancia, cualquier padre le resultaría difícil creer que alguna cosa pueda cambiar, sin embargo es así. De repente, las disputas y los gritos se convierten en complicidad y risas, y hermano y hermana se vuelven prácticamente inseparables.
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Los primeros años son seguramente los mas difíciles, cuando no hay jamas paz en casa y es todo un continuo seguir de peleas, bromas y golpes, terminando con hacer las paces pero solo para volver a comenzar desde el principio. Esta relación conflictiva hecha de amor, odio y aun amor, es el modo con el cual hermano y hermana aprenden a conocerse profundamente, cementando su comprensión y su afecto único.
Para una joven el hermano es primero de todo el compañero de juegos y de aventuras, la persona con la cual comparte recuerdos, experiencias y de hecho secretos. Ninguno sabe exactamente cuando sucede la transformación de enemigos jurados a amigos del corazon, pero en el momento en que esto ocurre es el comienzo de un vinculo capaz de resistir a cualquier cosa. Los hermanos varones son los héroes y la guardia del cuerpo personal de sus hermanas, siempre prontos a defenderlas de todo y de todos. Vendrá de hecho el día en que tambien delante a los padres pasarán de decir siempre "ha sido ella" a tomarse la culpa y decir "he sido yo".
Un hermano es para una niña tambien quien habla su misma lengua, quien sabe entenderla al vuelo con una sola mirada y que sabe siempre hacerla reir tambien cuando esta triste.
Para un niño luego la hermana se convierte en su mejor confidente, la persona a la cual pedirá consejos sobre como vestirse y sobre como comportarse en una primera cita. La hermana será siempre la mas bella e inteligente de todas, la unica de la cual fiarse y que conoce el propio hermano mejor que cualquier otro en el mundo.
Algunos años de combate en la sala y de muebles rotos seran un pequeño precio de pagar por un afecto sólido e infinito. Bien pronto tambien los padres se darán cuenta de que pueden dejarlos solos porque uno se tomará cuidado del otro y que igualmente según vaya no estarán jamás solos.
