Por esto el contacto físico es tan importante para los niños
Con un neonato las dos preocupaciones principales son la comida y el dormir. Generaciones de madres y de padres han hecho busquedas, pedido consultas y escuchado consejos sobre alimentacion de los propios niños y sobre como ayudarlos a dormir mejor evitando que se despierten demasiado durante la noche. Mas allá de estos comportamientos naturales, que en el fondo hacen parte del desarrollo, otro factor a menudo descuidado es el contacto físico, o mejor dicho los abrazos.
via bebesymas.com
Comer y dormir son ciertamente las necesidades privadas de un niño, pero también lo es sentir la cercanía con el padre y la madre. Los abrazos son una forma maravillosa de inculcar calidez, comodidad y amor, con beneficios a corto y largo plazo. Cuando un niño pide atención y afecto a través del contacto, no se trata de un simple capricho sino una necesidad real.
Entre los académicos de la pedagogía infantil hay quienes dicen que acostumbrar a un niño a recibir "demasiados mimos" es negativo para el crecimiento emocional. Desde este punto de vista, no se puede dar razón o no a un lado u otro, sin embargo, parece al menos excesivo considerar las manifestaciones de afecto hacia sus hijos como un elemento para ofrecer en pequeñas dosis, precisamente por su bienestar. .
Basta pensar que en la especie animal, de los mamiferos a los pajaros, ninguna "madre" osaría alejarse de los propios pichones. Dar amor es una cosa natural, no hay razon de negarlo o reprimirlo. El bebé que llora en la cuna se detiene casi inmediatamente una vez que lo levantan y se duerme rápidamente. La razón es que en los brazos de los padres se siente tranquilo y seguro, y aunque es demasiado joven para razonar, simplemente lo siente instintivamente.
Los abrazos son una forma de diálogo entre adultos y niños cuando aún no han desarrollado los medios para comunicarse de otra manera. Con el contacto físico se establece un vínculo profundo que perdurará a lo largo de los años, sentando las bases de la relación emocional entre padres e hijos. Los abrazos no son una adicción sino una necesidad, algo elemental, esencial, que nutre y cuida al bebé al menos tanto como la comida y el sueño.
La investigación científica incluso ha detectado un vínculo entre el contacto físico y el desarrollo del sistema inmunológico. Entonces, la próxima vez que su bebé llore, tal vez no tenga hambre ni sueño, sino que solo quiera ser abrazado.