Se necesitaría lecciones de economía doméstica en la escuela, para hacer entender a los jóvenes cuanto es difícil gestionar una casa
Probablemente alguno de ustedes recuerda cuando en las clases femeninas de escuela venía enseñada la economía doméstica, quizás todo aquello que interesaba la administración de la casa - de la limpieza, a la registración de las compras. En otros casos eran las abuelas y las madres a dictar a las futuras mujeres las principales mansiones domésticas y los trucos del oficio.
Hoy no se enseña más economía doméstica a las niñas, ni tanto menos a los niños; incluso, son tantas las personas que retienen oportuno volver a hablar de ciertos argumentos en la escuela, visto la más total incapacidad de los jóvenes de administrar la casa.
via healthy-holistic-living.com
En una ocasión, en las escuelas, se enseñaba economía doméstica: donde había clases divididas, este tema estaba reservado para las niñas, que en la lección aprendían a remendar, lavar la ropa y, en general, a administrar la casa. Con el tiempo, la economía doméstica se ha perdido,del momento que, con la emancipación de las mujeres, enseñar estas cosas exclusivamente a las niñas se consideraba ofensivo.
Hoy en día, sin embargo, hay muchas personas que desean el regreso de la educación en la escuela de la economía domestica, obviamente, se extendería a todos los estudiantes: los jóvenes de hoy, de hecho, demostran ser cada vez más incapaces de cuidar la casa incluso a una edad en la que deberían poder hacerlo.
En otros países, como Finlandia, ya desde años los niños vienen aprendiendo lecciones de economía doméstica: con el fin desde pequeños estan acostumbrados a coser, cocinar y pasar la escoba, presentando esta actividad obviamente como un juego.
En este modo los educadores se han dado cuenta de tener mejoramientos sobre mas frentes: no solo los niños toman manualidad con alguna cosa con la cual antes o después se encontrarán a tener que ver, sino tienen en entrenamiento el cerebro con habilidades practicas y reales.
Ademas, extender este tipo de materia sea a varones que a nenas ayuda a combatir los estereotipos de género, o pensar que ciertas cosas son perfectamente masculinas (como trabajar) y otras femeninas (como ocuparse de la casa).
En fin, siempre más personas piensan que espolvorear una vieja norma como aquella de enseñar la economía doméstica en la escuela no puede hacer mal a ninguno, sino que puede sacudir a los jóvenes de hoy siempre más distraídos y poco hábiles en los aspectos más prácticos de la vida.
