Cada día este hombre de 94 años se detiene a bromear con los alumnos de la escuela y les da consejos de vida: ya es su mascota
Cada madre debe aprender a convivir con una cierta dosis de preocupación, que a veces puede llevar a la ansiedad: de hecho, mas los hijos crecen y amplían sus espacios de autonomía, menos son objetos a la protección materna, propio mientras se sumergen cada vez más en un mundo variado y complejo, lleno de peligros y peligros.
Así es normal que cada vez se puedan ver amenazas también allí donde no hay; es lo que le ha sucedido a Gina Arnold, una mamá americana, cuando ha descubierto que la hija de quince años se entretenía con un hombre de 94 años cada día antes de entrar a la escuela.
Audrey Arnold es una joven como tantas otras, con una costumbre insolita: cada día, antes de entrar a la escuela, se detiene a hablar en la calle con un anciano de 94 años. Por esta razón, era una costumbre insistir a la mañana para hacese dejar de su madre a una cierta distancia de la escuela. Cuando su madre lo ha descubierto justamente se ha asustado: que cosa quisiera un hombre de aquella edad de una jovencita?
Audrey ha explicado a la mamá que no había motivo porque preocuarse: se trata de hecho del señor "Knuckles" - "nudillos" en ingles - sobrenombre que se ha ganado entre los jovenes por su caracteristico modo de saludarlos a la mañana.
El hombre, conocido en el mundo como Wally Richardon, se detiene todos los días en la escuela Marina Village de Dorado Hills en California para dar los buenos días a los estudiantes, aconsejarlos y alentarlos.
Dada su venerable edad, Wally puede presumir de cierta experiencia: luchó en la marina durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que fue llamado a hacer su parte también en la Guerra de Corea, como piloto, y durante el resto de su vida trabajó Líneas Aéreas Unidas.
Ahora, ha decidido de continuar a ofrecer la propia continuación a la sociedad dando consejos de vida a los jovenes; es evidentemente un rol que desarrolla muy bien, visto cuanto los jovenes lo aprecian.
Wally enseña cosas que no se aprenden directamente sobre los libros: respeto, tolerancia y sobre todo la gentileza frente al prójimo; fuentes inagotables de sabiduría. Antes, a veces lo acompañaba la mujer, pero ha tenido problemas de ambulación y así Wally va solo, determinado a transmitir a los jovenes sus enseñanzas.
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Intrigada por la historia de su hija, Gina decidió conocer al Sr. Knuckles: lo encontró rodeado de jóvenes, con la intención de escucharlo, y lo filmó para presenciar su trabajo.
"Este es el tipo de apoyo y amor que necesitan los jóvenes", dice Gina. "Este hombre se detiene todos los días en la entrada de la escuela y da aliento y consejos a todos los estudiantes que acuden a él".
Cheryl Olson, la directora de la escuela secundaria, también piensa que Wally tiene una influencia positiva en los estudiantes y, de acuerdo con los maestros, decidió hacer un mural dedicado al Sr. Knuckles en la escuela.
La iniciativa del señor Wally es seguramente recomendable, la digna conclusión de una vida dada al servidio del propio país, y será recordado para siempre de los jovenes que se beneficiaran de las perlas de su sabiduria.