Estoy cansada: mi cuerpo duerme, pero mi alma no encuentra descanso
Una mamá raramente tiene tiempo libre de dedicarse a sí misma, para relajarse, apagar el cerebro y no pensar en nada: está el trabajo y luego los niños, la pareja, la casa y cada uno requiere su atención, su energía. Así, una mujer se acostumbra a estar siempre en movimiento, a menearse en un barco entre miles de tareas, intentando de cumplir con cada uno; y inevitablemente, tiende a descuidar aquello que puede ser postergado- a menudo a sí misma.
Incluso, este comportamiento a largo andar degenera, comprometiendo su salud emocional. En cambio, es importante no reprimir las propias necesidades, los propios sentimientos, porque si una madre no está bien, sus hijos tampoco serán felices y toda la casa colapsará. Es importante tomar nota de ello, y para hacerlo intervenir, primero debemos aprender a reconocer los signos de nuestra propia fatiga emocional.
via healthline.com
Como reconocer el cansancio emocional
- 1. Si alguno te pide un consejo sobre como resolver los propios problemas, no saben que cosa responder porque no sabes siquiera tu como te sientes.
- 2. Un segundo antes el corazón late como si quisiera explotar, arrastrado de una intensidad de emociones, y al segundo despuès todo está en silencio dentro de tí, y ya no sientes nada.
- 3. Siempre siente una sensación de agotamiento, físico y mental, y no puede sostener ni siquiera un ejercicio físico simple.
- 4. Te sientes sola, incluso si tu esposo está contigo, tu hermana viene y tus padres viven cerca: de hecho, piensas que nadie puede entenderte realmente.
- 5. Pensar en el futuro te pone ansioso y provoca pánico porque vives en la inseguridad diaria.
- 6. Incluso si duermes, no logras reposarte y a la mañana te sientes un espanto. Cuando luego te duermes, tienes pesadillas o sueños muy intensos.
- 7. Nada parece llenarlo de alegría, ni siquiera el abraz de tus hijos, y no quieres ser tocada, sino deseas solo estar sola y no pensar en nada y en ninguno.
Si es así que te sientes, deberías admitir que hay un problema que va afrontado: no encerrarte en tí misma, sino abrete - con tu marido, tu familia, o algun profesional- en modo de volver a dedicar tiempo y atenciones a ti misma. Antes de ser mamá y esposa, eres una mujer, un ser humano con deseos y sueños de realizar: descúbrelos y vívelos.