Estos recolectores de basura han creado una maravillosa biblioteca con libros que la gente había tirado.
El problema de la eliminación de residuos es un tema que debería interesar a todos, no solo porque todos nosotros lo producimos cotidianamente, sino también porque desde una correcta gestión suya depende nuestro planeta.
La solución corriente que permite a cada uno de nosotros hacer su parte es el reciclaje de materiales; pero todavía antes, se necesitaría buscar de salvar objetos que puedan ser utilizados.
Esto es aquello que hacen los operadores ecológicos de la ciudad de Ankara con una mercadería de valor inestimable: los libros.
Los recolectores de basura de Ankara han tenido una idea brillante, que debería ser un ejemplo para todos nosotros: de hecho, se han dado cuenta de que en su ciudad a menudo se tiran los libros que todavía están en buenas condiciones, lo que es realmente una pena tener que traer al Incinerador, o convertir en papel. Por lo tanto, con el permiso de sus gerentes, comenzaron a recolectarlos y apartarlos.
Así que los llevaron dentro de una fábrica de ladrillos, donde solían encontrarse en su tiempo libre para estar juntos y jugar al ajedrez. Allí, después de clasificarlos por género, los ordenaron en los estantes, dando lugar a una biblioteca real, para su uso y consumo.
Después de siete meses de recolección, lograron reservar 4750 libros, un pequeño patrimonio cultural; así, se dieron cuenta de que no estaba en la naturaleza de los libros permanecer confinado a un pequeño grupo de propietarios. Así que decidieron poner la biblioteca a disposición de toda la ciudad, abriéndola al público.
Hoy, los volumenes presentes en la biblioteca de los recolectores de basura son poco más de seismil; además, a completar el espacio, hay luego máquinas de escribir y textos que, no siendo mas legibles, han sido transformados en lámparas - insiriendo los cables de cobre en su interior - o también en porta-libros, en respeto del principio inspirador de esta loable iniciativa: todo es útil y no se tira nada.
La idea ha sido recibida con entusiasmo por toda la población, y la biblioteca ha comenzado a donar volúmenes incluso a otros entes, como escuelas y prisiones o para programas de formación.
Esperamos que este magnifico proyecto puesto en pie de los operadores ecológicos de Ankara sea pronto imitado en nuestra ciudad, porque es a través del empeño de todos y de los pequeños gestos comunes que es posible proteger la naturaleza, promoviendo la cultura al mismo tiempo.
Fuentes: Facebook
