Todos le preguntan si sabe con quién está saliendo la hija: la respuesta de la mujer pone a todos en silencio
Vivimos en una época que describimos a menudo como "moderna", pero no obstante el tiempo, los cambios y las conquistas sociales continúan a recaer en los mismos errores y prejuicios viejos de siglos. Las inclinaciones sexuales, las ideas políticas o religiosas, las pertenencias a una raza o más bién a otras, son todavía hoy motivo de debate, de encuentro y de odio. Esta historia revela cómo la ignorancia es todavía la plaga más grande de todas.
La protagonista de la historia es Heather Boyer, una madre estadounidense cuya hija fue culpable de una sola falta, la de salir con un chico negro. La chica publicó una foto con su nuevo novio en el perfil, sin esperar ninguna reacción en particular.
En cambio, al visualizar la imagen, alguien pensó en "alertar" a la madre preguntándole si estaba al tanto de los conocidos de su hija. Después de haber sido inundada con mensajes similares, se concedió una larga reflexión y finalmente decidió responder así:
"Mi hija frecuenta un buen chico, educado y gentil. Cada vez que viene a casa se muestra siempre cordial y simpático, conversamos placenteramente de varios temas y cuando se va no se olvida jamás de saludar. Es una buena persona, la trata con respeto, la lleva a los partidos y al restaurant, no en localos poco recomendables o fiestas extrañas. Mi hija y su novio van juntos a la iglesia cada domingo, él toca en la banda y ella se sienta en medio de su familia. Se trata de una persona que considera la fe como una prioridad. De pocos jóvenes hoy se podría decir lo mismo. El no la insulta, no le dice mentiras o no le pega. No quisiera jamás que frecuentara a alguien diferente incluso si se tratara de un joven blanco. Mi hija está con alguno que la ama y la trata como una princesa, y esto me basta para que sean felices".
El mensaje de Heather Boyer recorrió la web y recibió muchos compartidos. Lo que impresionó a la gente, así como el tema, por supuesto, fue la franqueza y, al mismo tiempo, la diplomacia con la que la mujer pudo manejar insinuaciones racistas que ni siquiera estaban tan veladas.
Cada individuo tiene derecho a sus opiniones y su visión del mundo, pero esta libertad termina donde comienza la de los demás. Deberíamos ser más como la valiente madre estadounidense, capaz de expresar claramente su punto de vista, sin ceder al deseo de venganza hacia aquellos que solo han logrado demostrar cuán restringida estaba su mente.