Un joven con el síndrome de Down ha arriesgado la vida para salvar a dos desconocidos, rechazando la indiferencia
El coraje no tiene sexo, raza, religión, idea política ni tanto menos se deja detener de un discapacitado. Ayudar a los demás es un instinto natural que sin embargo no todos poseen. No es raro que en las situaciones de emergencia cuando alguno tiene necesidad de ayuda, la reacción mas común sea aquella de hacer pinta de nada, girarse de la otra parte y pensar en las tareas propias.
Existe por suerte quien elige de hacer la diferencia, uno de estos es Valerio Catoia, un héroe "especial".
El joen con el síndrome de Don ha sido galardonado en marzo de 2018 con el nombramiento de obispo de la República italiana por su admirable altruismo. El episodio en cuestión se remonta a julio de 2017, cuando el niño estaba en la playa de Sabaudia, en la costa de Lazio, junto con su padre disfrutando de un día normal de sol y mar. De repente, se sintieron atraídos por los gritos de dos hermanas de 10 y 14 años que pidieron ayuda porque la corriente se las estaba llevando.
Sin dudar por un momento, Valerio se tiró al agua llegando a la más pequeña, mientras que su padre llevó a la otra a un lugar seguro. Valerio es un excelente nadador, por lo que, después de muchos entrenamientos, pudo participar en las Olimpiadas Especiales de Natación. Al poner en práctica las maniobras aprendidas en el curso de rescate, Valerio logró llevar al niño a la orilla.
Mientras tanto, el papá había recuperado a la hermana mayor. Los gurdavidas llegaron de inmediato, pero afortunadamente pero por suerte Valerio y su padre ya habían evitado el peligro, poniendo en riesgo sus vidas para salvar la de las dos niñas.
La noticia del extraordinario gesto de Valerio ha hecho el giro del mundo conmoviendo tantísimas personas y haciendo reflexionar sobre que cosa quiere decir ser "normales". Para el joven, que en la época de los hechos tenía apenas 17 años hacer la propia parte en el momento de necesidad para ir solo a socorrer a alguien que ni siquiera conocía ha sido una cosa absolutamente "normal".
Un aprendizaje que muchos deben tomar como ejemplo, dejando que el primer instinto de protección hacia el prójimo prevalezca siempre sobre el miedo y la desconfianza. Basta solo pensar que cuando una persona tiene necesidad de ayuda, aquella persona podría ser exactamente nosotros.