Estaba cansada de la suegra que llenaba a los hijos de caramelos: le escribió una carta, pero las últimas palabras son inesperadas
Entre las tantas "luchas" que los padres deben sostener para crecer a los hijos como deberían, están aquellas con los abuelos: ocurre a menudo, de hecho, que los abuelos son aquellos que "vician" a los nietos, yendo incluso contra las reglas que los padres mantienen en hacer respetar.
Una mamá estaba cansada de ver distribuir los caramelos de la abuela a los hijos, cuando había sido clara sobre la necesidad de no dárselos: su carta a la suegra comienza como un duro desahogo liberador...pero el epílogo no es aquel que esperamos.
via faithit.com
Has ido siempre en contra mio. Les has dado siempre todo aquello que querían. No has dicho jamás que no a un pedido de ellos.
Una segunda porción de dulce, los caramelos antes de comer, otros dos minutos en la bañadera, el dinero para el helado.
Cuanta fatiga he tenido en apreciarte y a respetarte mientras buscaba de asegurarme sobre el hecho que no habías viciado a mis hijos. Temía que los habrías transformado en "mocosos egoistas" dándoles todo aquello que querían. Temía que no hubiesen jamás aprendido a esperar el propio turno, a compartir con los otros, porque siempre has cumplido sus deseos apenas abrían la boca.
Siempre me enojé cuando compraste los juguetes más caros para Navidad o cumpleaños. ¿Qué crees que sientes para estar segura de que tus hijos nunca saltarán por el regalo de sus padres?
Y cómo amaban pasar la tarde contigo. Preparabas sus platos favoritos - tres platos diferentes para tres niños. Y siempre tuviste una sorpresa para ellos. Un caramelo, un juego o algo más. No quería que te asociaran con regalos y dulces. Tenían que amarte por lo que eras. Intenté decírtelo, pero nunca me escuchaste.
No sabía propio coo salir de esta situación, es normal que los abuelos vicien a los nietos, pero tu eras de verdad exagerada.
Hasta cuando no te has ido.
He debido decir a mis chicos que su abuela había muerto. Parecía imposible. Tú debías estar en todos los bellos momentos: en el baile de escuela, en la graduación, en el matrimonio. Y en vez han perdido a su abuela demasiado pronto y sin preaviso. No estaban prontos para decir adiós.
Todo este tiempo que he pasado deseando que dejaras de viciarlos, no he pensado jamás en cuanto los podias amar y en cuanto buscabas en cada modo para hacerselo saber. Con los almuerzos. Con tus regalos. Con los caramelos y los dulces. Con los juguetes. Tu amor de abuela no conocía límites. Lo has demostrado en cada modo, con la cocina, con tu billetera, con tus palabras y tus brazos incansables.
Me he equivocado en considerar negativamente tu generosidad. Mis niños ahora, de adolescentes, sienten tremendamente tu falta. Y a ellos no les faltan tus regalos o tu dinero. Le faltas tu. A ellos le falta poder tocar en tu puerta y abrazarte antes que tu te dieras cuenta. Falta poder escuchar tus palabras sabias, de apoyo y de amor.
Vuelve y ámalos una vez más, en aquel modo que saben las abuelas hacer y nungún otro. Llévales dulces y sorpresas. Prémialos con los caramelos para los objetivos más pequeños. Prepara escrupolosamente sus platos preferidos. Llévales donde quieren. Todo y solo porque los amas.
Oh, cómo deseo con todo mi corazón que tu volvieras. Pero cuanto más quiero que vuelvas, más me doy cuenta de que nunca te fuiste.
Sé que nunca podras volver, pero también tu amor por ellos nunca los abandonará. Tu amor los construyó y los protegió de maneras que no se pueden describir. Tu amor es lo que soy y en lo que se convertirán a medida que crezcan.
Por todo esto, por cada regalo, por cada vez que los sostuviste demasiado tiempo o que hiciste que se levantaran muy tarde de la cama, te lo agradeceré para siempre.
