Finlandia tiene un sistema educativo entre los mejores del mundo y los niños no van a la escuela hasta los 7 años
Para muchos padres tener niños precoces, que quizás entran a la escuela un año antes o llegan ya sabiendo el alfabeto o las tablas, es un motivo de orgullo. De hecho son muchos a pensar que un niño que entra en la escuela a los 5 años o que está ya parcialmente instruido tenga una ventaja más respecto a los otros. Incluso, según la experiencia del sistema educativo finlandés, no hay tanta prisa. La nación del Nord Europa hace de hecho "tocar la campana" no antes de los 7 años de edad.
via theguardian.com
El país de "Papa Noel" es estadisticamente entre aquellos con la más alta tasa de felicidad en el mundo, pero aquello no es debido solo al hecho de ser la residencia de Santa Claus. No obstante los pequeños comienzan la escuela más tarde que otros coetanos, el sistema educativo está entre los mejores a nivel planetario, con una óptima proyección de beneficios para cada estudiante hasta los umbrales de la universidad. Se trata de una precisa elección para hacer que los niños transcurran un mayor número de años de la infancia dedicandose a jugar, sin estar obligados demasiado temprano a asumir los esquemas más rígidos típicos de la organización didáctica.
Aquello no quiere decir de hecho que los jóvenes deban necesariamente quedarse en casa. Ellos de hecho pueden frecuentar institutos maternos y asilos nidos, donde la mayoría de las actividades son mayormente lúdicas-creativas. Parte del tiempo está dedicado también al aprendizaje pero siempre a través del juego, entonces sin sentir alguna obligación, aprendiendo los indispensables mecanismos de la interacción social.
Después de la familia, la escuela es un importante núcleo de desarrollo por cada individuo, donde no se aprenden solo informaciones y conocimientos sino se aprende también a convivir con los demás y se construye la propia identidad. Según los educadores finlandeses hasta los 7 años el mejor sistema para estimular la comunicación y los recursos naturales cognitivos es jugar, entonces mejor no apurar los tiempos y dejar que la naturaleza siga su curso.
El bienestar social adquirido de esta cultura podría ser propio la consecuencia de una mayor conciencia y serenidad consolidada durante la infancia.
