Te das vuelta y no ves más a tu hijo: la historia de esta familia nos enseña qué cosa es necesario hacer en estos casos
Las crónicas por desgracia abundan de episodios en donde los niños vienen a desaparecer en lugares públicos o llenos de gente, a veces con epílogos dramáticos. Para un padre el solo pensar de girarse y no encontrar más a su lado al propio hijo equivale a una verdadera y propia pesadilla. Una tarea similar ha ocurrida al pequeño Jake, una experiencia terrificante que sin embargo puede servir como una advertencia y enseñanza sobre cómo actuar si ocurre una circunstancia de este tipo.
Cuando ha ocurrido todo Jake tenía apenas 4 años, y estaba de vacaciones junto a su familia en Bournemonth, una localidad balnearia sobre la costa meridional de Inglaterra. Aquel dia estaba de paseo junto a su madre Lucinda, los dos caminaban teniendose de la mano en medio de una multitud durante un evento sobre la playa.
Lucinda se detuvo en un mercadillo para dar una ojeada, dejo la mano de Jake solo por algún instante, pero cuando se giró para tomar a su niño no estaba más. Luego del primer momento de susto busco de quedar calma y comenzo a llamar el nombre de su hijo a voz alta, contando sobre el hecho que no se habría jamás alejado mucho sin ella.
Llamo la atención de un cadete del ejército que prestaba servicio de vigilancia en el evento, le explico la situación y él inmediatamente junto a otro compañero se unió a la mujer en la búsqueda. Giraron la entera feria gritando "Estamos buscando un niño pequeño. Tiene cuatro años, es rubio y tiene puesto una camiseta roja. Alguno lo ha visto?".
La rapidez de acción y el saber comunicar indicaciones simples y esenciales se revelo fundamental. Jake fue de hecho encontrado casi 15 minutos más tarde en el otro punto de la playa.El pequeño no se había alejado solo sino que, había contado, de haber sido llevado allí por un hombre que le habría prometido de mostrarle un avión de verdad.
Por lo que parece los gritos y la descripción del niño habían llamado la atención de muchas personas, obligando a aquel individuo a alejarse dejando al niño. No obstante el gran susto por suerte ha terminado bastante bien, incluso se necesita estar siempre en guardia porque los mal intencionados estan constantemente al acecho.
Ninguno desea jamás de pasar un espantoso cuarto de hora como aquel vivido de Jake y de su madre, pero si alguna vez debiera ocurrir hay que recordar que la calma y la oportunidad son cruciales. Debemos atraer inmediatamente la atención de la gente, dar indicaciones fácilmente comprensibles y reconocibles, para que los ojos de todos se vuelvan suyos.