Perder un amigo de cuatro patas puede hacer mal como perder una persona querida
Es sabido: la unión que se crea entre hombre y animal doméstico es especial. Quien no posee uno, sabe bien que es difícil sentirse amado de algún otro del mismo modo. Nos dan la bienvenida, nos hacen fiestas, no ven la hora de transcurrir un poco de tiempo con nosotros y jugar. Todo en manera prácticamente incondicional. A nuestros amigos de cuatro patas a menudo les basta nuestra presencia para ser felices.
Y aquello no puede que ponernos contentos incluso a nosotros, porque sabemos que, en un momento de desaliento, podemos contar sobre alguno que está allí para darnos un poco de calor y quizás devolver la sonrisa.
Que cosa sucede, entonces, cuando perdemos uno? El dolor que se prueba no es despreciable. Muchos piensan que sea un trauma que se puede superar sin particulares problemas, nada frente a la pérdida de una persona querida. Incluso, no es siempre así.
Un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de Nuevo México ha examinado una serie de propietarios de animales domésticos y los ha interrogado sobre sus sentimientos luego de la pérdida de los amigos de cuatro patas.
Todos han estado de acuerdo en dar un valor profundo e intenso al dolor probado. Muchos de ellos han dicho a los investigadores que la muerte de un perro o del gato que tenían no podía ser comparada directamente con aquella de un pariente, pero han hablado de alguna cosa igual, no más doloroso.
El sentido de vacío y la tristea de hecho, han sido en muchos casos más duraderos. Perder un animal doméstico, entonces, es practicamente como perder un alma gemela, un mejor amigos especial, o sea una figura que ha estado siempre presente sin pretender, criticar o juzgar. Una experiencia desagradable, pero que no deberia ser subestimada.
https://theconversation.com/why-losing-a-dog-can-be-harder-than-losing-a-relative-or-friend-68207