Ataques de pánico, como reconocer los síntomas y aprender a manejarlos
La ansiedad es una emoción natural y fisiológica en respuesta a una condición de estrés. Cuando incluso no está proporcionada al contexto desencadenado o se dispara sin un motivo aparente se habla de ansiedad patológica. La forma más aguda y paralizante de ansiedad es el ataque de pánico, vale decir una sensación de miedo incontrolable que provoca reacciones físicas y mentales extremadamente intensas. Aquí vemos como reconocer los síntomas y gestionar estas crisis.
Nota: los consejos que les damos NO pueden jamás sustituir el parecer de un médico ni los tratamientos farmacológicos que un médico puede prescribir para una determinada patología.
via mayoclinic.org
Este tipo de trastornos tiene una mayor incidencia en la población femenina (hasta tres veces más de aquella masculina) con un pico alrededor de los 25 años de edad, pero puede verificarse en algún momento de la vida. Los ataques de pánico se manifiestan sea con síntomas físicos que psicológicos.
Aquí algunos:
Sintomas físicos
- Taquicardia
- Agitación o temblores
- Vértigos o mareos
- Respiro esforzado
- Sensación de constricción en la garganta.
- Sudoración intensa
- Malestar o dolor en el pecho.
- Dolor abdominal o calambres estomacales
- Sofocos o escalofríos
- Boca seca
Síntomas psicológicos
- Sensación de peligro inminente
- Indiferencia o despersonalización
- Miedo de enloquecer o de arriesgar la vida
- Percepción de irrealidad
Al menos una vez en la vida a tantas personas les ocurrió de experimentar un ataque de pánico, a menudo también sin ser conciente. En las circunstancias en que estos episodios se verifican frecuentemente el problema puede ser de verdad incapacitante y es necesario tomar las debidas medidas.
Antes de llegar a un verdadero y propio diagnóstico real, generalmente aquellos que se ven afectados por estas crisis están inicialmente convencidos de sufrir los trastornos más disparatados. Esto se debe a la poderosa somatización de esta condición, que causa sensaciones físicas muy similares a un ataque cardíaco.
Para calmarse durante un ataque de pánico es posible poner en acto algunas simples pero útiles estrategias. La primera es el "respiro conciente", vale decir efectuar voluntariamente lentas y profundas inspiraciones y expiraciones. Este método resulta eficaz porque restituye la percepción del control sobre sí mismos, contribuyendo a realentar la frecuencia cardíaca. Se puede además probar a cambiarse a un lugar más tranquilo y sentarse en una posición cómoda, recuperando el sentido de seguridad, pero el camino más eficaz queda siempre a la ayuda profesional de parte de un terapeut, un psicólogo, psiquiatra o ambos. En este modo se puede superar el trastorno y recuperar una normal calidad de vida.
No tengan miedo de pedir consejo a un especialista, es el primer paso hacia el control de este síntoma psicológico que afecta a muchas mas personas de cuanto imaginan.
