Si una se vuelve inútil quiere decir que ha hecho un buen trabajo
Cada mujer sabe que antes o después llega el momento para el propio niño de dejar el nido y de ir por el propio camino. Se trata de un proceso absolutamente natural que sin embargo, no es indoloro, al menos para quièn continuará a mirar un hijo como si fuera aquel pequeño que tenía por mano cuando todavía no era capaz de caminar solo. Cuando una madre se da cuenta de no ser más necesaria, quiere decir que ha hecho bien el propio trabajo.
El amor cambia, se transforma, no pierde nada de su intensidad pero simplemente evoluciona en alguna cosa diferente y más madura, en un camino de conquista de la libertad. El niño que ayer era dependiente de la propia madre para cada cosa, hoy es un hombre autónomo y capa de afrontar solo la vida. Aquello no quiere decir que la unión entre mamá e hijo se haya agotado, sino solo que el padre o madre ha logrado plenamente aquello que es su tarea, entregando al mundo un individuo sano, seguro y completo.
Una madre conservará para siempre el instinto de proteger la propia criatura de los dolores, de los peligros y de los errores, pero deberá lentamente aprender a reprimirlo, dejándolo libre para vivir, hacer las propias experiencias y también de equivocarse. La cosa que cuenta para un hijo o hija, es saber que en cada momento la madre está allí, como un puerto seguro en donde volver cada vez que siente la necesidad, para una palabra de alivio, para un consejo o solo por un abrazo.
Ocurre luego que los roles se invierten, así que el hijo ya grande, tiene la capacidad, los recursos y la fuerza de tomar cuidado de la madre anciana, en un circulo virtuoso de amor que no se rompe jamás. Incluso si el cordón umbilical ha sido cortado queda un hilo invisible e indisoluble que conecta para siempre madre e hijo. Volverse "inútil" no significa perder sino adquirir un status renovado y más fuerte que antes.
El ciclo de la vida se renueva para cada individuo de hijo luego se convierte a su vez en padre, transmitiendo valores, enseñanzas y sentimientos a los propios hijos. Una rueda de la vida en que reina soberana para siempre el amor.