Cortejarse siempre, incluso después de años, mantiene sana una relación de pareja
Hacer la corte a una persona que nos gusta parece un concepto que se vuelve atrás en la historia contada de nuestros abuelos o de nuestros padres. El arte de cortejar, de hecho, es una práctica que hombres y mujeres utilizan desde el principio de los tiempos, y que hunde sus raíces en una natural atracción que tenemos por características físicas, gestos, expresiones y particularidad de otras personas.
Pero existe tambien, hoy, el verdadero cotejamiento? Y que cosa representa?
Según algunos, la seducción ligada a la inteligencia esta gradualmente desapareciendo. Aquello significa, y ni bien tengamos la prueba constantemente alrededor de nosotros, que se invierte mucho más en el aspecto físico y sobre la necesidad de tratarla para verse mejor, que en su carácter y la capacidad de razonar usan el cerebro.
Incluso, sobre el aspecto físico se puede "engañar", mienstras sobre el intelecto no. Ironía, inteligencia, premra son elementos fundamentales de poner en juego cuando se corteja a otra persona. La etología, que estudia los personajes y las costumbres de las personas, ha demostrado que las mujeres son las que lideran el juego.
Por lo tanto, generalmente es el hombre el que debe demostrarle a la mujer que tiene todos los papeles para poder cortejarla. No solo se debe saber esperar y no dejarse llevar por los enfoques apresurados, sino que también es útil para medir en silencio las palabras y señales corporales.
Si el cortejo fue bien y la pareja está ahora firme y unida durante mucho tiempo, entonces aquí, paradójicamente, llega la parte difícil.
No es cierto, de hecho, lo que muchos piensan de las parejas de larga data. Se dice que el deseo, después de un tiempo, se apaga, que el amor se convierte en simple afecto, en la vida cotidiana y en el hábito.
Nada podría estar más mal. Si hay interés en mantener viva una relación, el cortejo siempre debe jugar un papel fundamental. Seducir cada día un poco más a la persona que nos rodea es fundamental para hacer que una relación evolucione de la mejor manera.
La estática es perjudicial en este sentido. Sorprender al otro (o al otro) con gestos inesperados, pequeñas atenciones, o quizás simplemente con palabras que recuerdan nuestros sentimientos hacia ella es lo que realmente hace que una pareja perdure.
Y esto parece más difícil cuando los que nos conocen desde hace mucho tiempo también conocen nuestras fortalezas y nuestros defectos. Precisamente en la vida diaria, tal vez en la aburrida rutina en la que estamos inmersos, demostramos la habilidad de un pretendiente o una pretendiente. Es bueno tener esto en cuenta y nu hacer apagar jamás nuestra capacidad seductiva.
