Quién está irritado por la felicidad de los demás es una persona profundamente insatisfecha
Se dice a veces que la felicidad es contagiosa, pero existen excepciones. Las personas que a menudo son infelices, sin embargo, pueden no hacerse contagiar tanto fácilmente de nuestra alegría, que en vez podría obtener sobre ellos el efecto contrario.
A quien no le ha ocurrido de recibir miradas extrañas o comentarios sarcásticos quizás porque estaba externalizando un poco de felicidad sin particulares motivos? La energía positiva puede de hecho ser un vehiculo de negativida. Parece una paradoja pero no es así: las personas infelices se enojan con aquellas felices.
Es por esto que es posible que se active una dinámica similar.
La felicidad es, en otras palabras, un recuerdo lejano para quien no la vive en aquel momento. Y encontrarse en contacto con quien en vez está contento y está en armonía con la vida puede ser de verdad difícil.
Por esto, se tiende a minimizar un suceso del otro si se es infeliz, no respondiendo con entusiasmo y no participando de su orgullo.
Envidia de la felicidad de los otros, sensaciones de malestar perenne y condena al sufrimiento y la ira. Las razones de la irritación de los demás por nuestra alegría pueden ser estos y muchas otros.
Atención a no hacerse contagiar de hecho. Comentarios, miradas, respuestas a mitad, sonrisas forzadas: la energía negativa puede manifestarse en diferentes modos y puede difundirse rapidamente, sacándole la posibilidad de disfrutarse un merecido momento feliz.
