Marido y mujer revelan en vida un entero bosque plantando 2 millones de árboles en 20 años
Uno de los slogan más conocidos y actuales es "salvemos el planeta", un imperativo categórico para garantizar la supervivencia de todos, incluso también una expresión que esconde una triste ironía. Ya porque el planeta va salvado sustancialmente del hombre, de su aprovechamiento indiscriminado de recursos y de la contaminación. Entre los efectos más desvastadores además al calentamiento global está la desertificación, la pérdida de enormes cantidades de patrimonios verdes.
La FAO ha estimado que desde 1990 a hoy fueron destruidos mas de 129 millones de hectáreas de bosques, igual a la superficie de Sudáfrica. Hay quien delante a esta desoladora realidad elige de no quedar con los brazos cruzados sino de reaccionar haciendo su parte.
Uno de estos es el fotógrafo brasilero Sebastiano Selgado que junto a su mujer Lelia Deluiz Wanik ha pueso en acto un proyecto de gradual reforestación en un área particularmente apreciada por la pareja, donde en el pasado dominaba la selva tropical y que con el tiempo se reducía a un área vacía y estéril.
La iniciativa comenzó a dar sus primeros pasos en 2001 con la creación de la fundación Instituto Terra, que en el transcurso de unos 20 años ha logrado plantar más de 2 millones de árboles.
Gracias a este incansable y valiente trabajo ambiental, la región se ha repoblado lentamente y ahora alberga 33 especies de mamíferos, 293 variedades de plantas, 15 especies de reptiles, 15 de anfibios y hasta 172 especies de aves. Gracias a la fuerza de voluntad, la paciencia y el amor por la tierra mostrada por la pareja Selgado, fue posible reconstruir todo un ecosistema de la nada.
Algunos derrotistas pueden objetar que se necesitaron dos décadas para lograr este resultado, una parte importante para la vida promedio de un ser humano. La pregunta no es cuánto se puede hacer en cuánto tiempo, sino comenzar a hacerlo para entregarlo en manos de las generaciones futuras.
Todos pasan un tiempo relativamente limitado en la tierra, pero no todos pueden realmente hacer una diferencia y dejar un rastro que pueda desafiar a la eternidad. Tal vez sea cierto que debemos salvar el planeta de nosotros mismos, por lo que es mejor empezar a hacerlo lo antes posible, porque el fondo el mundo es nuestro hogar.