Espero que un día dejes de culparte a ti misma por el amor que no has recibido
Las personas sensibles, aquellas que se preocupan siempre de todo y de todos, aquellas que en las relaciones se dan a sí mismas sin reservas, viven a menudo de sentidos de culpa, sobre todo cuando una historia termina. Su naturaleza los empuja a interrogarse sobre que cosa ha estado equivocado, a ponerse en discusión, buscando un responsable de acusar y terminando por encontrarse uno mirándose al espejo. Se necesita dejar de hacerse mal y finalmente concederse el perdón.
Un amor no correspondido no tiene un culpable, es solo una condición en la cual una pareja no ha logrado a comprender el valor o el significado de un sentimiento, ignorando todo aquello que se le ha estado dado y que todavía se le quería dar. No ha sido un intercambio efectivo, no en el mismo modo, no en la misma intensidad.
Hay quien encuentra un compañero o una compañera que no lo habría nunca más dejado, pero que en vez entre aquellos brazos no se sentía nunca de verdad en su casa. Está quien al calor de una relación importante ha quedado siempre frío e incapaz de sentir el calor, como si nada fuera jamás suficiente.
En la vida a un cierto punto nos perdemos porque uno piensa de haber encontrado todo mientras el otro apenas ha comenzado a buscar. No importa cuanto de grande y bella haya sido la casa preparada por él o por ella, si aquel siempre ha preferido quedar fuera de la puerta.
No es culpa de ninguno si la persona que se consideraba la más importante de la propia vida simplemente no estaba pronta para una cosa así de real e importante que seguramente no es necesario culparse a sí mismo. Quizás han sido cometidos los errores, pero eso es humano. Todos cambian continuamente buscando de convertirse en mejores, pero no necesita intentar de cambiar al otro.
Amar a alguno quiere decir dejarlo libre, si vuelve será por siempre, si no lo hace quiere decir que así debía ser. Un amor no correspondido no significa no ser capaces de recibir nada del amor, especialmente para quién ha estado siempre capaz de amar.
Un día la culpa dejará el lugar al perdón y se estará nuevamente prontos no solo a mirar distraidamente a los otros, sino también a ver a alguien en medio de tantos. Cada uno es perfecto con todos los propios defectos, coherente con las propias contradicciones, cada uno está destinado a amar y ser amado.