Que cosa quiere decir no tener cerca a la propia madre en el día de su fiesta
La muerte de un padre es una cosa a la cual es imposible prepararse suficiente. El momento en que ocurrirá hace mal como pocas otras cosas en la vida. Incluso aquel día es muy probable que, antes o después, les espere a todos. Esto no nos debe asustar, pero hacernos darnos cuenta cuanto valor tienen los momentos en que el último adiós puede decirse que está lejos.
La fiesta de la madre es generalmente un día lleno de alegría, una de las tantas ocasiones para demostrar a la Mujer de nuestra vida toda la gratitud que tenemos frente a ella. Para quien en vez, una mamá no la tiene más, es un día en los recuerdos, dolor y resignación se mezclan entre ellos.
Cuando llega la noticia de la muerte de la propia madre, el mundo parece casi detenerse: nos parece que en la vida nada haya cambiado, podemos entonces percibir su presencia, incluso si sabemos que nunca más podremos cruzar su mirada.
Todas sus cosas estan todavía esparcidas por la casa, su número está aún en la agenda: pero no, ella no está más.
Habrán muchas personas que buscaran de aliviar el dolor de la pérdida, pero ningun alivio será tan grande en grado de curar una herida similar. Solo el tiempo, quizás, podra hacerlo: transformará la tristeza en recuerdos, la ausencia en promesa. Incluso la fe será de soporte: la confianza que, un día, podremos de nuevo sentir a nuestra madre más cerca de cuanto se la pueda sentir ahora.
Cada año, en el día de la fiesta de la mamá, nos detenemos a reflexionar sobre la importancia de tenerla todavía en nuestra vida: es normal, entonces, sentir de tener que hacer un regalo, regalarle alguna cosa que pueda simbolizar el amor nuestro y nuestro reconocimiento.
Si muchas personas lo transcurren en la alegría, para muchas otras es difícil sentirse de fiesta: es imperante aquella sesnsación de ser "huérfanos", de estar privados de una gran parte del corazón. Entonces, no queda otra que volver atras en el tiempo, con la memoria, mimándonos en el recuerdo de los bellos momentos transcurridos juntas.
Nace también la necesidad de dirigirnos directamente a quién una mamá todavía se la puede tenerla entre los brazos: detengan vuestras vidas frenéticas. No digan siempre "te llamo luego", sino pon de lado todo aquello que estas haciendo y habla con ella. Ninguno puede saber cuales planes tiene los misterios de la vida y cuan tarde o pronto se deberá decir adiós.
Disfruta el dia de la fiesta de la mamá, pero has en modo que no sea solo un día: cada día es aquel bueno para ponerla al corriente de los propios sentimientos frente a ella, incluso solo con una mirada. Las madres no tienen necesidad de regalos para entender a los propios hijos.
El mayor arrepentimiento de quienes ya no tienen una madre es que han estado tan "ciegos" en el pasado: no han visto, o no han querido ver, los momentos en que solo necesitaban un poco de compañía, de sentirse cerca de aquellos hijos que están tan ocupados viviendo sus vidas.
Nadie sabe cuándo es el momento de decir adiós:entonces, por favor, recuerdate de celebrarlo.
Un deseo especial para todas las madres!