Si amas llevar los cabellos cortos, esto es lo que revela sobre tu personalidad
Para muchos los cabellos representan buena parte del encanto de una mujer, del resto encuadran el rostro, ablandan los rasgos, esconden defectos y evidencian el fondo. Mas allá de esto, sin embargo el pelo grueso es propiamente ícono de la belleza femenina, se trata de un modelo impuesto y fijado en el imaginario colectivo. Experimentar un corte corto entonces, no es solo una tendencia sino puede convertirse en una verdadera y propia afirmación de libertad.
Incluso en la época moderna hay todavía quien en los cabellos largos identifica uno de los detalles esenciales que describen la femeneidad. No por caso muchísimas mujeres recorren a pequeñas estrategias como extensión o de hecho a pelucas, para engrosar el cabello y exhibir un manto llamativo. El corte andrógino se ha limpiado a través del tiempo incluso con cierto éxito, como por ejemplo en el caso de la dulce Sinead O'Connor, famosa cantante en los años 90. Más atrás, Twiggy Lawson, una supermodelo de la década de 1960 que lanzó el corte casco e incluso llevó a Mattel a crear una Barbie con sus características.
Pero todo esto no fue suficiente y cuando una mujer toma la decisión "dramática" de cortarse el cabello, lo primero que piensan los demás es que está enferma o se burla de ella con una ironía aguda. Sin embargo, ir contra la corriente puede ayudar a recuperar el contacto con su ser interior, como lo confirman todas las personas valientes que han cumplido este paso. Una de ellas es la famosa actriz brasileña Deborah Secco que celebró esta transformación al tener su cabello cortado en vivo frente a las cámaras. El cambio la ayudó no solo a ponerse en los zapatos del nuevo personaje que debía interpretar en "Second Sun", sino a separarse de su antiguo yo.
El tema de la longitud del cabello para hombres y mujeres es largo y complejo, pero en la base todavía existe una silenciosa discriminación de género. Muchas actrices o modelos que encarnan una determinada imagen están prohibidas por contrato para cortarse el cabello, casi como si sirvieran para mantener una especie de condición de equilibrio social.
Antropológicamente, los hombres empezaron a elegir cortarse el pelo simplemente porque se sentían incómodos en la caza o en la batalla, mientras que para las mujeres era un símbolo de la juventud y, por lo tanto, de la fertilidad. Una mujer puede ser más o menos atractiva, pero su esencia no se encuentra en su cabello ni en ningún otro atributo del cuerpo, sino en su autoestima y su singularidad como individuo.
