Da a luz una niña a la edad de 60 años, pero poco después el marido la abandona porque la pequeña lloraba mucho
La historia, toda cierta, que estamos por contarles, verdaderamente tiene algo increible y no solo nos demuestra como al día de hoy no debemos más asombrarnos de nada, sino que nos da prueba de como el instinto materno no tenga verdaderamente alguna edad. Prueba viviente son la pareja serbia formada por Atifa Lijajic e Serif Nokia que ha tenido la suerte rarísima de tener un niño un poco más de los sesenta años . Pero no todos los milagros tienen un final feliz.
via Daily Mail
Serif, a la edad de 68 años, no estaba seguro de tener un bebé y de poder poseer la capacidad de crecerlo en manera adecuada, incluso ha decidido de soportar la voluntad de la mujer Atifa luego de años de malas noticias de infertilidad que han sido enviadas a la anciana pareja de Novi Pazar en Serbia y que progresivamente han debilitado las esperanzas de un heredero en la famiia. Pero la sorpresa no ha tardado en llegar...
Después de un inesperado embarazo vivido con algunas complicaciones, llega la buena noticia: sera una nena! Atifa y Safir deciden asi de llamarla Alina, una niña muy despierta que ya desde los primeros días no ha dejado de llorar; propio por este último aspecto ha impacientado al anciano padre que ha decidido abandonar a su nueva familia dejándolos sin él .
"Tengo 68 años y mi corazón está débil. No es posible descansar, dormir toda la noche", dijo el Sr. Nokia, citando las razones por las que decidió alejarse de la delicada y muy nueva situación que tenía que enfrentar con su esposa Atifa.
Ahora Atifa se ve obligada a criar a Alina poco por sí misma, sin un trabajo estable o la cantidad de dinero necesario para garantizarle una vida radiante a su única hija; a pesar de estar relacionada de forma distante con el Ministro de Economía y Comercio de Serbia, Atifa no tiene parientes cercanos que puedan apoyarla día tras día, sino la ayuda desinteresada de los ciudadanos comunes de Novi Pazar.
Con gran paz de Serif, que no verá crecer la bellísima Alina, hija de un deseo de mamá que no se ha apagado del todo.