El romero puede aliviar el estrés, mejorar la memoria, prevenir la caspa y la alopecia
Antes del advenimiento de la industria farmacéutica como se la conoce hoy, la medicina siempre ha recurrido a hierbas medicinales y oficiales para curar trastornos, aliviar síntomas, sanar enfermedades de varios tipos. Entre los tantos preciosos elementos proporcionados de la madre naturaleza el romero es una de las plantas aromáticas más antiguas y difundidas en el mundo. El arbusto perenne se usa desde hace siglos para tratar diferentes condiciones de salud, aquí en el detalle vemos cuales y en cuántos modos puede ser eficaz.
Nota: los consejos que les damos NO pueden nunca sustituir el parecer de un médico ni los tratamientos farmacológicos que un médico les puede prescribir para una determinada patología.
- Detiene la caída del cabello. El aceite de romero incrementa y mejora la circulación sanguínea y linfática, convirtiéndose en un excelente tratamiento contra la caspa y la alopecia.
- Funciona como antibacteriano natural. Inhibe la proliferación de patógenos, entonces es útil como desinfectante o para contrarrestar intoxicaciones de alimentos.
- Es un potente antioxidante. Elevados niveles de ácido rosmarínico o ácido cafeico resultan ser óptimos aliados en eliminar las toxinas del hígado y en prevenir patologías tumorales.
- Mejora la memoria y reduce el estrés. Potencia la actividad cerebral y además reduce el nerviosismo, no por casualidad es muy aprovechado en aromaterapia para curar ansiedad y depresión.
- Ayuda a aliviar problemas respiratorios. La presencia de sustancias antioxidantes tiene también una acción de vasodilatador y broncolítico, liberando las vías aéreas y descongestionando.
De lo que se ha dicho se puede ver como el romero puede ser beneficioso para el organismo, incluso si bien se trate simplemente de una planta, no debería nunca ser consumida como auto-terapia. Sin saberlo se pueden tener condiciones particulares, intolerancias o alergias que transforman este ingrediente saludable en una trampa para evitar. Como vía de precaución consultar siempre antes al propio médico de cabecera.
