Golpes de calor y presión baja: algunos trucos par afrontar el aumento de la temperatura
Como muchos saben, el sol es un aliado fundamental para la salud, porque desencadena una serie de mecanismos beneficiosos ya sea a nivel mental que físico. Como ocurre para cada otra cosa, de hecho tambièn este puede ser dañino cuando nos abandonamos a exposiciones exageradas y sin precauciones.
En particular queremos hablar de dos consecuencias muy comunes con la llegada de las bellas estaciones: el golpe de sol (o de calor) y la presión baja.
Golpe de sol y golpe de calor
Primero que todo comenzamos con distinguirlos. El golpe de calor es un fenómeno directamente no ligado a la exposición al sol, sino más bien al calor que él ha generado. Este último, unido a la humedad, pone a la prueba la capacidad de enfriamiento del cuerpo a través del sudor. Si la termoregulación no funciona por demasiado tiempo, comenzan a asomarse los típicos síntomas: respiración jadeante, piel muy caliente, confusión mental (incluso grave), dolor de cabeza.
El golpe da sol (o insolación) en vez está directamente ligada a la exposición de los rayos solares y afectan más a la piel. Es riesgoso sobre todo para las personas de tez clara, pero en general todos deben prestar atención. Los síntomas incluyen: enrojecimiento de la piel y de los ojos, transpiración excesiva, náuseas, confusión mental y mareos.
En ambos casos, la primera cosa que hay que hacer es llevar a la persona a un lugar fresco y sombreado, hacerla estirar y levantarle las piernas. Desprender la ropa para favorecer el enfriamiento del cuerpo, procediendo con los paños con agua fría sobre todo sobre las muñecas, en la ingle y las axilas. Darle de beber agua fría y si los síntomas persisten o se trata de un sujeto a riesgo (un anciano, un niño o una persona en particulares condiciones de salud), llamar inmediatamente a emergencias.
Disminución de la presión
Otra consecuencia del calor es la clásica disminución de la presión (inferior de 90/60), que lleva a mareos, estado de debilidad y en ciertos casos desmayos. Para prevenirlo nos hace de ayuda también la alimentación, útil a restablecer los niveles de azúcares y sales en la sangre.
Entre los alimentos más eficaces encontramos la liquirizia o regaliz (hablamos de la raíz o de la liquirizia pura, evitar caramelos hipercalóricos): es óptima para aumentar la presión de la sangre y se puede masticar cuando se sientan bajo de ánimo. Incluso el jengibre y las bananas son óptimos aliados porque son ricos de sales minerales.
Precauciones generales
En general, de cualquier problema se trate, las precauciones para tomar son parecidas: evitar de exponerse a los rayos solares desde las 11 a las 17 horas, no hacer actividades físicas, comer absolutamente alimentos livianos y ricos de líquidos, preferir la ropa respirable y clara, airear los ambientes (interior del auto, oficina, casa) y sobre todo, no dejaremos nunca de decirlo, llevar siempre consigo la botella de agua, para beber abundantemente durante el día.
Recordemos además que niños y animales no deben ser dejados en los autos ni siquiera por un minuto.