Un verdadero padre no es quien paga las boletas, sino quién pone a la familia arriba de cualquier cosa

por Patricia Zorzenon

05 Julio 2019

Un verdadero padre no es quien paga las boletas, sino quién pone a la familia arriba de cualquier cosa
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Muchos hombres pueden biológicamente crear la vida y convertirse en padres, pero se necesita alguno de especial para ser Padre.

Algunas personas piensan que el rol de un padre sea "solo" llevar mucho más dinero a casa, asegurar regalos y objetos costosos a los miembros de la familia. Pero la grandeza de un padre no se mide con la cantidad de dinero que gana, no va de la mano del tamaño de su billetera. Ser padre quiere decir poner la familia en el primer lugar siempre y no obstante todo.

via washingtontimes.com

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 No se vive solo de aire, esto es indudable. Mientras es indudable también que algunos hombres piensan que ganar lo más posible basta en hacer de ellos unos perfectos padres. Un verdadero padre no es aquel que gana suficiente dinero para mandar a sus hijos a estudiar a una escuela de élite o con ropa de marca. Un verdadero padre es aquel que entiende que la familia viene primero que todo.

Un verdadero padre logra a estar siempre presente para sus hijos y no está nunca ocupado para preguntarle como están o para hacer cualquier cosa con ellos. No se tira atrás cuando hay problemas y dificultades, mas bién, es el primero en hacer sentir su presencia y que sobre él pueden contar siempre.

Incluso cuando está cansado invierte tiempo para transcurrir juntos, porque sabe que aquel tiempo es precioso y trae más frutos de mil regalos costosos. 

Un verdadero padre a veces se encuentra haciendo sacrificios y a tener que poner aparte alguna cosa de sí mismo para dar paso a las necesidades de sus propios hijos.

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 Sabe ser para ellos un modelo de seguir, un ejemplo de como tendrían que ser tratadas las mujeres, ejemplo de gentileza, pero también respeto, honestidad y generosidad. Aquel que enseña a sus hijos como construir relaciones basadas sobre la confianza y el respeto y no usa nunca con ellos u otros palabras ofensivas como "estúpido", "incompetente", etc. Es más, da coraje a sus hijos a ser mejores, a poder hacer más, cree en ellos y los ayuda a crear su autoestima, no a destruirla. Se informa sobre aquello que aman hacer, sobre aquello que piensan, incluso sobre hobbys o sobre la escuela.

Porque para un verdadero padre no hay amor más grande que aquel para la propia familia: pone a su familia como la cosa más importante de su vida. Porque para él no hay nada más bello que la felicidad de los propios hijos y no permitirá nunca que sus problemas o preocupaciones puedan interferir con el amor que siente por sus hijos. Tener un padre así es la verdadera fortuna que vale más de todo el dinero que pueda tener.

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