Lleven a vuestros hijos a visitar los museos: despierten en ellos la alegría de descubrirlo
La creatividad y el espíritu artístico no se aprenden, son cosas que se tienen adentro. Hay predisposiciones naturales que harán a nuestros niños creativos, artistas o matemáticos quizás. No obstante esto es importante llevar a los niños a visitar los Museos y en general, en ambientes culturales. Esto no hará de ellos necesariamente unos artistas, pero será de ayuda en la creación de una personalidad dinámica, de mente abierta, curiosa hacia el mundo y sus matices.
La mente de los niños es bellísima y alegre, pronta a capturar todas las informaciones que logran encontrar. Una mente adecuadamente estimulada será abierta hacia el mundo y hacia los cambios, hacia si mismo y hacia los demás. La creatividad o la cultura nos hacen felices?
Podría.
Algunos estudios han demostrado como la mente de los artistas vive un binomio contrastante que ve pensamientos positivos opuestos y comportamientos de malestar interior. Pero gracias al estímulo dado por la búsqueda de la belleza y la reelaboración artística, se tiene la percepción fuerte de dar un sentido a la propia vida. El sentido de la vida, tener un objetivo o una meta, son todas cosas fuertemente ligadas al bienestar interior. Aquí entonces explicado porqué cultura y expresiones artísticas son importantes en nuestra vida.
Incluso solo de observarlos los visitadores, podemos aprovechar de las sensaciones de belleza y bienestar ligada a un estrecho hilo con la creatividad y la cultura. Llevar a los niños al museo no quiere decir hacerlos a toda costa creativos o intelectuales, quiere decir simplemente estimular su fantasía y su mente. Según un estudio realizado por la Universidad de Roma Tre, la apertura mental se puede entrenar. Han sido analizadas las experiencias infantiles de una amplia muestra de más de 7000 visitadores de museos y galerías. El 55% de los visitadores ha referido de haber vivido la primera visita a un museo antes de los 10 años acompañado de padres o maestros.
Familia y escuela son siempre los vehículos privilegiados fundamentales para guiar a los niños hacia un espíritu creativo, atento y abierto hacia el mundo y los demás.