¿Nuestros niños son de verdad felices y satisfechos? Aquí 3 señales para entenderlo
Muchos de nosotros asociamos la infancia a momentos de felicidad. Es propio cuando somos felices que podemos vivir nuestros días y nuestras pequeñas-grandes aventuras con desenfado, libertad, sin algún tipo de preocupaciones.
Sin embargo, si bien es válida para la mayor parte de los niños, esta condición no ha sido siempre un dato cierto. Incluso los pequeños pueden estar tristes y no está dicho que respeten los standard que los ven alegres y vivaces siempre y en cualquier lado, cualquier cosa que ocurra.
Un niño que transcurre una infancia feliz es un niño que crecerá más sereno, satisfecho de su vida, confiado. Claramente, en cada caso es diferente, y cada uno tiene características que lo distinguen de los demás. Hay de hecho, señales que los adultos pueden identificar para comprender si un niño está de verdad contento. Veamos cuales son.
via Harvard Graduate School of Education
- Es un niño que busca nuevos desafíos y actividad. Es una característica típica de los niños: durante la infancia se quiere descubrir, intentar, ponerse a la prueba. Así sucesivamente, se puede afirmar el propio carácter y hacer crecer la propia autoestima. Si al contrario un niño es amenudo desmotivado, apagado o excesivamente miedoso de probar cosas nuevas, podremos encontrarnos delante a un pequeño que ha perdido su autoestima. Viviendo con e temor de ser juzgado por todos y buscando aceptación, dificilmente podrá ser feliz.
- El niño feliz cuenta aquello que ha hecho. Si aquello que el niño ha hecho durante el día para él ha sido satisfactorio, estará muy contento de contarlo. En eso, entra también la tendencia de muchos niños a mostrar juegos, dibujos y trabajos hechos en la escuela, seguro de haberlo hecho bien. Si en vez se rehusa de ser partícipe, probablemente quiere decir que hay algo que no va bien, quizás ligada al hecho que se siente inadecuado o se averguenza de si mismo.
3. Un niño curioso es un niño feliz. Las ganas de curiosear y descubrir el porqué de las cosas que lo rodean es una importante señal de felicidad. En lo más pequeño, significa tener interés, hacer preguntas y no dar nada por descontado, sino personalizar el mundo con los propios conocimientos y entonces sentirse más confiados.
Leyendo estos tres puntos, probablemente han encontrado las caracteristicas que califican incluso a vuestros niños. Es bueno recordarse, en relación a su felicidad, que es siempre oportuno estimularlos. La curiosidad, las ganas de proponer nuevos desafíos y el placer de contar no es jamás suficiente y deben ser reforzados antes de todo por padres y maestros.
Si incluso, raramente reconocen en vuestros pequeños las caracteristicas que hemos elencado, no deben preocuparse, sino atraer a los niños a mejorar día a día, con paciencia y sin nunca juzgar. Si de verdad se equivocan, ningún problema: se levantarán concientes, sostenidos por figuras que podrán ayudarlos a hacerlo bien solos y a sentirse libres y autosuficientes.