Los guardavidas "confiscan" los celulares de todos los padres presentes sobre la playa, para asegurarse que controlen a sus hijos

por Patricia Zorzenon

22 Julio 2019

Los guardavidas "confiscan" los celulares de todos los padres presentes sobre la playa, para asegurarse que controlen a sus hijos
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Seguramente, caminando sobre la orilla, les habrá ocurrido de asistir a la triste escena de un niño que juega sobre la arena, quizás totalmente solo, mientras la madre está absorta en su celular. Efectivamente no es tan raro: para muchos padres de hoy el celular es un verdadero y propio obstáculo ¡entre ellos y sus hijos! 

Esta tendencia, más allá de provocar daños al desarrollo de los niños y de empobrecer las relaciones familiares, puede volverse también un verdadero y propio problema de seguridad. No ocurre raramente que de hecho un niño se meta en problemas porque a causa del celular, quedó sin custodia. Un problema que, como podría ocurrir, esta muy cerca de quien se ocupa de la seguridad.

 Para sensibilizar sobre este aspecto, los operadores de Södra Älvsborg Rescue Association (una asociación que se dedica a socorristas) han lanzado una iniciativa acompañada por un divertido video: mientras están en la playa con los niños, los padres deben "entregar" sus celulares.

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Södra Älvsborg Rescue Association

Södra Älvsborg Rescue Association

 En el simpático video, que pueden ver clickeando en el link bajo la foto, se ven dos agentes patrullar la playa, delante a la cual muchos niños juegan sin ser custodiados. Apenas ven una mamá absorta por el celular, se acercan y se lo arrancan de la mano, invitándola a prestar atención sobre sus hijos.

Södra Älvsborg Rescue Association

Södra Älvsborg Rescue Association

 Finalmente, mirándolo más allá de la provocación y la comicidad del video, nos queda de hecho una reflexión: ¿cuantos desagradables incidentes podríamos evitar y cuantas experiencias podríamos vivir con nuestros hijos si despegaramos los ojos del celular? Es un problema transversal que va desde un punto al otro del mundo...pero basta solo un poco de buen sentido del humor ¡para detenerlo!

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