Para no terminar en un hogar de ancianos, este hombre ha encontrado una solución ingeniosa y económica
A ninguno le gusta la idea de envejecer, pero desgraciadamente es una cosa inevitable. Sin embargo a menudo, se puede elegir el modo en donde transcurrir los últimos años de la propia vida y un anciano de nombre Terry Robinson ha demostrado que es posible.
En vez de pasar la vejez en un hogar de ancianos, el hombre ha decidido de mudarse a un hotel de la cadena Holiday Inn estimando de modo cuidadoso el dinero disponible y una evaluación lúcida de las ventajas y desventajas.
Robinson ha calculado que estar en un hogar para la tercera edad le habría costado alrededor de más de 200 euros al día, mientras en las instalaciones de alojamiento de la cadena Holiday Inn habría necesitado poco más de 50 euros por noche. El resto del dinero podía entonces ser aprovechado para desayunar, almorzar y cenar con el servicio en la habitación, con la posibilidad de disponer otros fondos para salir, al cine y lavadero.
En el hotel se puede también utilizar el gimnasio y la piscina, y todas las comodidades en general están incluídas en el precio. Lo que más convenció a Terry fue la idea de no ser tratado como paciente, sino solo como huesped. Dando una pequeña propina cotidiana al personal, es considerado con respeto. Si quiere ir de paseo, tiene los medios públicos a disposición.
La cadena Holiday Inn está presente en diferentes partes del mundo. Así, si tiene ganas de cambiar aire, puede simplemente tomar un avión y transferirse a otro hotel de la misma cadena, con el mismísimo trato. La disponibilidad es inmediata, mientras para una residencia de ancianos se necesitaría una larga lista de espera.
En caso de necesidad, la administración del hotel pensaría en llamar la ambulancia o la funeraria en eventual caso de accidente, la aseguración paga los gastos médicos y el alojamiento para toda la vida.
No hay nada que decir: leyendo la historia de Terry, parece que el hombre ha encontrado una solución de verdad genial. A todo esto, va agregado también que, en este modo, parientes y amigos están más alentados en hacer una visita al jubilado, porque están impulsados por la posibilidad de viajar y recibir descuentos y beneficios para aquellos que ya tienen un familiar como invitado.
Las comodidades son de verdad muchas y está la ocasión de conocer gente nueva cada día, incluso también otros ancianos que quizás hayan hecho la misma elección de vida...
