Un hombre salva un beagle de la eutanasia...y él lo agradeció con toda la dulzura de la cual es capaz
Solo en los Estados Unidos cada año en los refugios para animales son sacrificados casi 3 millones de ejemplares a causa de enfermedades graves y comportamientos agresivos agregado a la superpoblación. Un parecido destino parecía tocar también a Gregory, un dulcísimo Beagle que había en una perrera del condado de Franklin en el Estado de Virginia. El perro sufría de una enfermedad cardíaca de tipo parasitario pero por suerte alguien ha logrado salvarlo a tiempo.
El nombre del héroe es Joe Kirk, co-fundador junto a la mujer Schenley Hutson, de la asociación no profit Hound Rescue and Sanctuary, situda en Findlay en Ohio. La organización tiene el objetivo de ayudar a los perros sin techo dándoles reparo y cuidados médicos, en espera que encuentren una familia que los adopte.
El objetivo principal es salvar aquellos animales que están a riesgo de eutanasia, ofreciéndoles un segunda posibilidad de vivir felices entre personas que los aman. Esta vez ha sido el turno de Gregory, que en la época de los hechos tenía casi dos años.
El día que Joe lo ha sacado del refugio, solo dos días antes que viniera sacrificado ha sido documentado con las imágenes publicadas sobre las redes sociales. La reacción del perro es de verdad extraordinaria, con afecto y gratitud Gregory se acercó a su nuevo amigo acurrucándose a él, feliz de haber recibido una ocasión de rescate.
Las secuencias que retratan a los dos en el auto de regreso de la perrera se convirtieron pronto en virales y visualizadas por muchísimas personas que han aplaudido el gesto y festejado el evento como una victoria de todos.
Después de haber recibido los cuidados necesarios, Gregory se ha recuperado muy bien y ha sido adoptado por personas maravillosas que lo tratan con todo el amor que merece. Hound Rescue and Sanctuar salva casi 25-30 perros a la vez, con la frecuencia más alta posible.
Joe y Schenley trabajan duro y sobre todo adoran aquello que hacen porque nutren un profundo respeto para los animales y para la vida en general. A menudo en la entrevista se les pregunta cuantos ejemplares han salvado durante los años de su actividad y ellos se limitan a responder "uno más". No están en la búsqueda de reconocimientos y no tiene en su corazón la "gloria" de los benefactores: aquello que hacen cada día es la expresión de una necesidad que viene desde el corazón.
