Las relaciones que no evolucionan son aquellas destinadas a terminar para siempre

por Patricia Zorzenon

10 Agosto 2019

Las relaciones que no evolucionan son aquellas destinadas a terminar para siempre
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Cada relación tiene un sentido y tiene motivo de existir hasta cuando es útil a nuestro crecimiento personal. No existen relaciones justas o equivocadas, porque cada relación será aquella más justa para nosotros en aquel momento específico de nuestra vida. Se trata de dos "almas" que se encuentran y que se empeñan a cumplir un proyecto en común, cuando todo ello viene a faltar, es normal que la relación termine. No se trata de ver cual sea la utilidad de la relación, sería egoísta poner el asunto en ese plano, pero entender que cada relación tiene una función específica suya que, lamentablemente, a veces, puede venirse a menos.

via tylerkleeberger.com

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La función por la cual la relación nace, sea que ella implique a la pareja, amigos o parientes, tiene un motivo suyo de existir. Por ejemplo, en un determinado momento de la vida, se puede encontrar una amiga porque, inconscientemente, tenemos necesidad de una hermana. Del mismo modo, entre parejas puedes pasar el rato, porque en el otro buscamos aquel padre o aquella madre que no hemos tenido y que tanto hemos deseado.

Una amistad puede nacer entre los bancos de la escuela, cuando la necesidad de ambos es diversión y entreteñimiento y puede terminar en el momento en que, por ejemplo, se encuentra un trabajo, o se crea una familia: el aumento de responsabilidad y la progresiva falta de tiempo son factores que pueden llevar al final de una amistad. Aquí están las relaciones que entonces terminan su función.

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En una relación, la pareja puede ser aquella que nos enseña, casi como si fuera un maestro; hasta que esta función viene mantenida, la relación va adelante. Pero cuando una de las dos personas evoluciona la propia personalidad y la propia necesidad, entonces debe necesariamente evolucionar también la relación. En caso contrario, será una relación destinada a cerrarse para siempre.

Entonces, no está dicho que una vez terminada su función inicial, la relación sea destinada a terminar; con la voluntad de ambos, la relación puede evolucionar en cualquier otra cosa y continuar a existir cumpliendo una nueva función.

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