No hay verano sin sandía:¡ aquí algún consejo para elegir aquella perfecta!
En verano la sandía es uno de los frutos más consumidos porque es exquisita, liviana, apaga la sed y rico de vitaminas, electrolitos y antioxidantes. Casi todos están convencidos que comprar una sandía es mucho más difícil, porque es prácticamente imposible entender si es buena en el interior solo mirándola externamente.
En realidad no es exactamente así y por cierto, aquí hay información útil para asegurarse de llevar a casa un buen producto.
Un brillo en la superficie puede parecer atractivo pero en general corresponde a un fruto todavía inmaduro. Las sandías de forma alargada son de "sexo masculino" y en la mayor parte de los casos tienden a ser insípidas y acuosas. Aquellas más cortas y redondas son en vez de "sexo femenino", decididamente más dulces y sabrosas.
Incluso las irregulares o las manchas sobre la superficie del fruto son reveladoras de como puede ser en su interior. Mejor apuntar sobre sandías con puntitos color amarillo, porque en general tienen un sabor más delicado.
Una sandía demasiado grande requiere más tiempo para la maduración, entonces hay una discreta probabilidad que en la parte más interna no esté todavía pronta. Una demasiado pequeña, por otro lado, tiende a pudrirse más rápidamente, por lo que en esencia es bueno comprar sandías medianas.
Otro truco para entender que tipo de sandía es aquella que se tiene delante es "golpear" sobre la superficie. Si el sonido está lleno y los nudillos rebotan bien, entonces está maduro al punto justo. Mejor desconfiar de aquellas que tienen en el exterior blando y el sonido sordo.
Dos detalles a la cual no se hace jamás caso son la "cola" y la "cinta". La primera es la apéndice de unión al terreno, que viene truncado al momento de la cosecha. La segunda es la cinta que revela el número de polinizaciones sufridas por la planta. Ambas deberían tener un color marroncito oscuro, señal de dulzura y de adecuada maduración.
Bien: ahora tienen todos los indicios para comprar la sandía perfecta, no queda que decir buen apetito!