5 sensaciones instintivas a la cual deberías siempre poner atención

por Patricia Zorzenon

20 Agosto 2019

5 sensaciones instintivas a la cual deberías siempre poner atención
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En las situaciones de cada día se actúa según los esquemas dictados de la experiencia y del propio temperamento, incluso existe también un componente, aquel del instinto, a la cual se necesitaría aprender a prestar atención. La innata sensibilidad de cada persona a menudo viene contaminada exactamente de anteriores episodios y de miedos absorbidos o inducidos. Difícil distinguir cuando es el instinto a hablar y no la propia paranoia, así es como se hace para entender la diferencia.

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El miedo exagerado o inmotivado es fruto de reflexión, incluso inconsciente, así rápido y automático de parecer una sensación de aviso. Sin embargo el instinto es aquello que viene un momento antes de la reflexión, aquello que el cuerpo sabe antes incluso que la mente haya realizado y es en estas situaciones que se necesita seguirlo.

Cuando alguna cosa viene natural. Seguir las propias inclinaciones es el pasaporte para la felicidad. En el trabajo como en las relaciones, se necesita sentir que aquello que se está haciendo es absolutamente espontáneo. Si se es totalmente propio a gusto en aquella situación entonces puede querer decir que es el camino justo.

Cuando no se siente en plena forma. El cuerpo sabe naturalmente que cosa es bueno o malo y sabe comunicar cuando sus recursos tienen necesidad de ser regenerados. Mejor escucharse, tomarse una pausa y no forzarse en hacer alguna cosa a la cual no se está pronto físicamente o mentalmente.

Cuando alguna cosa transmite de inmediato vibraciones positivas. Si una voz en el interior nos dice que va todo bien, quizás es cierto. Necesita dejarse transportar de aquello que comunica felicidad y bienestar, fiándose de los propios recursos emocionales.

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Cuando se siente el deber de ayudar a alguno. A menudo se prueba un movimiento interior que empuja a dar una mano también a quien no se conoce. No sirven explicaciones, puede querer decir solo que en aquel particular momento se está destinado a estar allí por aquella específica persona.

Cuando alguna cosa parece peligrosa. Pensar que haya peligro es diferente de sentirlo en el estómago. Si se siente repentinamente a disgusto mejor no ignorar aquella percepción, porque es uno de los mecanismos de defensa más antiguos y eficaces creados por la naturaleza.

Escuchar el propio instinto puede hacer la diferencia entre suceso y fracaso, poner de verdad al amparo de un riesgo o guiar hacia aquello que realmente puede hacernos felices.

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