Mamá y papá: apaguen el celular y den más tiempo a vuestros hijos
Desde la infancia a la adolescencia, la presencia y la guía de los padres representan elementos fundamentales para el desarrollo sano del individuo. Desde la más temprana edad, pasando por las fases más importantes del crecimiento, niños y jóvenes tienen necesidad de puntos de referencia concretos y perceptibles, encarnados de las madres y de los padres. Hoy la tecnología hace todo más conectado a la red, pero con el tiempo, desconectados de la realidad externa, un factor que puede dañar el bienestar de los hijos.
via Momspresso
Se habla tanto de limitar el uso de los Smartpone a los niños, por vía de numerosos problemas que esta dependencia puede provocar: trastornos del sueño, del comportamiento, del aprendizaje, etc....Mucho menos o quizás demasiado poco, se discute en vez, sobre aquello que puede desencadenar el abuso de los celulares de parte de los padres y madres, frente a los niños.
El uso excesivo de los aparatos electrónicos desvía la atención de los padres y actúa como un componente de trastorno en la relación con la prole. Los niños se encuentran, asi, compartiendo tiempo y espacio con los adultos distraídos, empeñados a chatear o a jugar con el celular y pierden el precioso tiempo de contribuir con la interacción y del intercambio emocional.
Diferenes estudios han afrontado la cuestión haciendo emerger más aspectos, todos ligados a la misma matríz. En algunos casos, ha sido observado que los hijos de padres "smartphone dependientes" tienen más probabilidades de experimentar sentimientos negativos, como angustia o inseguridad.
En otras circunstancias se han evidenciado comportamientos de "competitividad" de los niños, que se han mostrado más indisciplinados e inquietos, adoptando esta estrategia para poder tener mayor atención y lograr despegar a los padres de los celulares. Algunos menores entrevistados de hecho han confezado de dañar voluntariamente y a escondidas el equipo de la mamá y del papá, como para eliminar un "rival".
Especialmente los niños, pero también los adolescentes, pueden madurar la convicción de no ser suficientemente importantes, además de no recibir indicaciones claras y precisas sobre el camino de seguir en la propia educación social. Las consecuencias más obvias son la rabia, tristeza, depresión, irritabilidad, hiperactividad, todo por no haber tenido la justa dosis de amor y de atención.
Para remediar estos problemas no sirve eliminar completamente el smartphone de la propia vida, sino basta con moderar su uso con el tiempo necesario. Cuando se está en familia se necesita disfrutar el momento, desconectarse de todo y estar simplemente presentes con las personas que se tienen al lado. Esto mejorará la armonía doméstica y contribuirá a hacer de modo que los niños se críen de modo correcto y sin lagunas afectivas.
