La historia de la vaca y el maestro: un cuento para afrontar los imprevistos de la vida
Una vida de seguridad es una vida de felicidad, porque la seguridad, las pocas que consideramos poseer en nuestra cotidianeidad, nos hacen sentir al seguro, con los pies plantados en la tierra y lejanos de los peligros del temor, del miedo, de lo desconocido. Sin embargo el cambio, es parte del curso de la vida de todos, y ninguno puede jamás saber que cosa nos puede reservar el futuro. Si nuestras seguridades se derrumbaran repentinamente, nosotros ¿que cosa estaremos dispuestos a hacer? ¿estaremos verdaderamente dispuestos a cambiar en serio?
Esta historia que les estamos por contar los ayudará a salir de vuestra zona de confort y los guiará hacia nuevas aventuras en vuestra vida!
La historia de la pequeña vaca habla de un sabio maestro que estaba caminando a través de la campaña con su discípulo. Un día encontraron una humilde casa de madera, habitada por una pareja y sus tres hijos. Todos estaban vestidos humildemente, ropa sucia y rota. Sus pies estaban descalzos y el ambiente indicaba una extrema pobreza. El maestro le pregunta al padre de familia como hacían para sobrevivir, dado que no habían industrias o comercios en aquel lugar, ni riqueza en ningún lugar. Con calma, el padre responde: "tenemos una vaca que nos da varios litros de leche cada día. Una parte la vendemos y con el dinero compramos otras cosas y otra parte la usamos para nuestro consumo. En este modo logramos sobrevivir" Mientras se alejaba, el maestro le dice al discipulo: "Busca la pequeña vaca, llévala al acantilado y empújala al barranco".
El joven estaba asustado, porque la pequeña vaca era el único medio de subsistencia de aquella humilde familia. Pero pensó que su maestro tenía sus razones y con gran amargura, llevó a la vaca al precipicio y la empuja. Aquella escena ha sido marcada en su mente por muchos años. Después de un poco, el discípulo se culpaba a sí mismo por lo que había hecho, decide así dejar al maestro, volver a aquel lugar y disculparse con aquella familia a la cual le había hecho tanto daño. Mientras se acercaba, observó que todo había cambiado. Había una bella casa rodeada de árboles donde jugaban muchos niños y había un auto estacionado.
El joven se sintió triste y desesperado porque pensaba que la humilde familia había vendido todo para sobrevivir. Cuando pregunta por ellos, responden que todavía estaban allí, que no se habían ido. Corre a la casa y se da cuenta que estaba habitada por la misma familia que antes. Entonces, le pregunta al padre de la familia que cosa había sucedido y él, con una gran sonrisa le responde: "Teníamos una pequeña vaca que nos daba leche y con la cual habíamos sobrevivido. Pero un día, por suerte, la vaca cae de un barranco y se murió. Este evento los ha obligado a hacer otras cosas, a desarrollar otras habilidades que no habrían jamás imaginado de poseer. En este modo hemos comenzado a prosperar y nuestra vida ha cambiado".
La historia de la vaca es una metáfora de nuestra vida. Todos tenemos una vaca a la cual aferrarnos. Y esto, incluso si no nos conduce a la vida que queremos tener, al menos nos da la mínima seguridad de la cual tenemos necesidad. Piensen a esta cosa: ¿que sucedería si mañana tu vaca cayera del barranco? La vaca puede ser la metáfora de tu relación actual, tu trabajo o tu estilo de vida. Si repentinamente aquello que te da seguridad desaparece, ¿en que te convertirías?