Un incendio le ha desfigurado el rostro, pero su marido ha demostrado que el amor no se basa sobre las apariencias
Durante una maratón en Australia occidental, la atleta Turia Pitt se encontró repentinamente involucrada en un incendio espantoso. Los organizadores de la carrera no habían logrado comunicar el peligro a las varias etapas, por lo que la mujer sufrió quemaduras en el 65% del cuerpo. Los doctores estaban seguros de que no sobreviviría, pero la mujer sacó afuera una fuerza milagrosa. Fue sometida a muchísimas intervenciones y quedó por muchos meses en el límite entre la vida y la muerte, hasta que logró estar fuera de peligro. Lo suyo fué un caso increíble de tenacidad y de apego a la vida, pero fue ayudada incluso desde otro sentimiento: el amor.
Por todo el tiempo el novio Michael Hoskin ha estado a su lado, ayudándola y sosteniéndola en la convalecencia. Pero es sobre todo después de su regreso a la casa que ha dado prueba de sus sentimientos.
Muchas personas, basándose sobre los estándar a la cual estamos acostumbrados, estaban seguros que Michael se habría alejado de Turia, por motivo del aspecto físico ya muy diferente de aquel de una vez. Pero él no es aquel tipo de hombre.
El joven se había enamorado, más allá del aspecto físico, incluso de su alma y aquella estaba todavía allí, intacta, quizás más fuerte. Cinco años después del accidente se han casado y luego de un año ha llegado el primer hijo de ambos.
Hoy la mujer es una oradora que ayuda a los demás a encontrar las fuerzas para renacer: ella no se ha dejado abatir no obstante los golpes de la suerte y ha encontrado a alguien que le ha estado al lado sin cuidar de las apariencias.