Confianza, diversión, siempre presentes: las tías son figuras esenciales en el crecimiento de un niño

por Patricia Zorzenon

28 Agosto 2019

Confianza, diversión, siempre presentes: las tías son figuras esenciales en el crecimiento de un niño
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Quien es hijo de padres que no tiene hermanas no puede lamentablemente atestiguar cuanto es extraordinario tener tías en la propia vida.

Aquellos que en cambio tienen esta fortuna, pueden al contrario contar muchos episodios estupendos y confirmar en primera persona que poder contar sobre las tías significa tener un equipo extra. Aquí hay una pequeña muestra del porqué estos miembros de la familia se vuelven así de importantes para el crecimiento sano de los niños.

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Las tías son una excelente via de medio entre padres y abuelos, en grado de dar la justa dosis de disciplina pero malcriandolo al mismo tiempo. Acción y escuchar, comprensión y capacidad de realizar aquello que los sobrinos desean: las tías son un mix de calidad positiva, segundas madres, abuelas, en fin todo aquello de la cual un niño tiene necesidad para salir adelante en el mejor de los modos.

La estructura de la familia de hoy es decididamente diferente de aquella del pasado: menos numerosa pero más compleja, con roles intercambiables y figuras que juegan en diferentes posiciones según las exigencias. Si la mamá y el papá trabaja y los abuelos no pueden hacer todo solos, las tías corren en ayuda para completar los vacíos, colmar las lagunas de tiempo y de espacio, dando a los jóvenes el apoyo necesario.

Tratándose luego de personas que provienen de la misma matriz, casi siempre es la certeza de que podrán garantizar valores y seguridad como si mamá o papá estuvieran cerca.

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Las tías son preciosas también porque pueden ofrecer un punto de vista externo a aquel de los padres, que a fin de cuentas demasiado externo no es. Ayudan a mediar las disputas con los hijos y representan siempre un refugio cuando en casa los jóvenes no se sienten comprendidos. En práctica si los jóvenes tienen problemas que no logran comunicar a una madre o a un padre, por obvias razones de diferencias generacionales, pueden siempre escaparse a la casa de la tía, sin incluso ir demasiado lejos.

Las tías, jóvenes o menos jóvenes son aquellas personas siempre disponibles a hacer un par de charlas sin juzgar o desaprobar. Son aquellas que acompañan a los conciertos, que preparan las delicias más exquisitas durante las fiestas, que conocen a los niños más a fondo en el papel de sobrinos de cuanto no sabemos los mismos padres cuando los mismos están en el papel de hijos. No importa si se es pequeño, grande o adulto, el afecto de la tía estará detenido e inmutable por siglos, como una luz extra que ilumina el camino y que revela incluso los lugares donde están las sombras.

mbtrama/Flickr

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