Esta psicóloga ha traducido 30 comportamientos de niños en una lengua comprensible a los padres
La incomunicación entre padres e hijos es una constante de cada generación, sin embargo hay un período de la vida en donde los niños no poseen todavía los instrumentos aptos para expresar eficazmente aquello que sienten o que quisieran decir.
Para ayudar a las mamás y papás a comprender mejor a los más pequeños, la psicóloga Evgenia Zaburdaeva ha ideado una especie de diccionario que permite de interpretar y traducir el lenguaje no verbal en modo de comportarse en consecuencia.
via Zaburdaeva.ru
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Durante su trabajo la doctora Zaburdaeva ha logrado catalogar y esquematizar casi 30 comportamientos asociándolos a muchos pensamientos y estados de ánimo, aquí el elenco de aquellos individualizados y el respectivo significado:
- Apatía. Puede esconder el miedo de cometer errores o de seguir siendo juzgado por los adultos, luego detrás de la pereza se puede esconder un freno psicológico.
- Agresividad. Reaccionar con rabia e inquietud puede ser un modo para pedir ayuda a comunicar la necesidad de saber cuales son los límites de no pasar más allá.
- Hablar en voz baja. No es solo timidez sino que puede ser el temor de mostrarse y de no ser aceptados.
- Tirarse de los cabellos o comerse las uñas. Se trata de una reacción a un fuerte estrés o a un estado de temor constante.
- Inercia y dificultad en hablar correctamente. La ausencia de acción y de estímulos puede querer significar de preferir que sean los adultos a hacer todo, haciéndolos sentir inútiles.
- Falta de compartir. Puede ser una reacción a un carente apoyo emocional.
- Envidia. Detrás puede haber un fuerte complejo de inferioridad.
- Tartamudear. Se asocia a menudo al síndrome del abandono, sentirse sometido por una figura adulta o de sentir culpa por alguna cosa.
- Ser poco sociable. No es hosquedad sino dificultad a interactuar con los semejantes.
- Ser físicamente violento con los padres. Es un incosciente pedido de prohibiciones y de disciplina frente a la madre o el padre.
- Tener ataques de ira. No saber comunicar serenamente provoca sensación de incomodidad, mientras la rabia se convierte en un atajo para llegar antes a un resultado.
- Hacer muchas preguntas. Puede ser síntoma de sana curiosidad pero también un llamado de atención.
- Negarse ir al jardín de infantes o a la escuela. Quiere decir de tener miedo de desprenderse de la figura materna, no sentirse adecuadamente apoyados en la clase, pensar de ser insuficiente a las espectativas de los propios padres.
- Comer mucho o demasiado poco. La comida, por defecto o por exceso es una forma de control en reacción a un estado de ansiedad e inseguridad de la cual se necesita encontrar la fuente.
- Mostrarse pasivos. Refleja escaso interés o temor de fracasar.
- Hacerse mal solos. Encierra un dolor psicológico profundo o un sentido de culpa que viene exorcizado con el auto-castigo.
- Pesadillas. Puede ser útil hacer representar los sueños con dibujos o cuentos porque ellos son la manifestación de aquello que asusta de verdad.
- Ignorar a los demás y evitar el juego en compañía. Son comportamientos ligados a la falta de reglas claras en casa y al pensar de no gustar a los demás.
- Irritabilidad, trastornos del sueño y obsesiones por el orden. De base está el ser reprimidos emocionalmente, tener miedo de afrontar lo desconocido o la soledad y el creer que la secuencialidad da protección y control.
Hay siempre un motivo para cualquier comportamiento: el secreto es aprender a ver las señales, observarlas, notar los cambios y reaccionar en el modo justo para favorecer el bienestar del niño.