Un padre Down es como todos los demás, de hecho mejor: la historia de este joven lo demuestra
No obstante los tiempos hayan cambiado y si intentas de comunicar la diversidad como una riqueza más que un límite o una discapacidad, existen contextos que despiertan todavía perplejidad y plantean dudas.
Uno de ellos es el síndrome de Down. Se trata de una condición que provoca un shock, necesita aceptación y adaptamiento de parte de quién trae al mundo un individuo con esta predisposición genética.
Imaginémos que cosa quiere decir nacer de un padre que justo tiene la "trisomía 21".
Es el caso de Sader Issa, un joven siriano de 21 años con un padre que tiene casualmente el síndrome de Down. El joven ha contado que cosa ha querido decir crecer en una familia "especial", incluso sería mejor decir de dos padres extraordinarios...
Su padre Jad lo ha criado como muchos otros niños: sereno, feliz, sosteniéndolo, ayudándolo ya sea económicamente que emocionalmente y dándole todo el afecto de la cual era capaz. Hoy Sader estudia para ser odontólogo y su papá no esconde el orgullo por haber llevado adelante un joven tan maravilloso, a pesar de todas las dificultades.
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Las circunstancias particulares harían pensar a una existencia hecha de esfuerzos, de sacrificios y dificultades. Incluso Sader habla de su infancia y de su adolescencia con absoluta serenidad, describiendo una familia plena de alegría, de amor y de apoyo recíproco.
Del mismo modo, Sader está orgullos de haber tenido un padre en grado de haber estado a su lado en cada momento de la vida, contribuyendo a ser el hombre que es ahora. Jad es un hombre simple, trabaja en un molino que se encuentra cerca de su casa, es bien querido y respetado por toda la comunidad.
La historia de Sader hace decididamente reflexionar sobre que cosa es de verdad una discapacidad y sobre el significado del concepto de "normalidad". Si la mujer del joven hubiese decidido de no dar a luz a Jad, ahora él no estaría aquí viviendo su vida, a colmar de alegría a un padre que habla a todos de su hijo como "el doctor". Aquello da testimonio que el amor, un concepto a menudo abusado, obvio y banal, sea en el fondo la única cosa de verdad que mueve el mundo.