Se lo ama o se lo odia: es Escorpio, signo misterioso y sensual que no conoce medias tintas
Bienvenidos a la octava casa, aquella de Escorpio. Este signo tiene una personalidad carismática, enigmática, fascinante e incapaz de quedar ignorada de parte de cualquiera que venga en contacto con ella.
Los nacidos bajo este cielo están dotados de gran sensualidad y capacidad de seducción pero no por esto son extraños al amor, aquello verdadero, profundo, que va más alla del cuerpo y toca el alma. Así es como vive los sentimientos quién está dominado de la constelación de los 17 cuerpos celestes.
Amar y ser amados por uno de Escorpio es una experiencia de vivir al menos una vez o por toda la vida. La razón va buscada en el remolino de emociones y sensaciones que solo este particular signo logra regalar. Pasión incandescente, dedicación absoluta y total fidelidad.
Exactametne por esta característica Escorpio es alérgico a las mentiras, no sabe decirlas y no soporta que se les mienta. Para su desgracia tiene casi siempre el poder de leer dentro de la propia pareja y logra entonces entender cuando no se le dice la verdad.
Cuando viene roto el pacto de confianza con uno de Escorpio es muy difícil que se logre recuperar la situación. Mucho más probable es que él o ella se vayan, no obstante estén todavía enamorados y lo hacen con extremo dolor.
Escorpio no conoce medias tintas: se lo ama o se lo odia. El único modo para mantener una sólida y duradera relación es ser sinceros, en el bien y en el mal, mostrándose al mismo tiempo decididos y seguros de la propia elección, cada sencillo día. Del mismo modo se necesita aprender a entender los límites de la intimidad, respetando sus tiempos y espacios y preparándose a la idea que una pequeña parte de su vida quedará igualmente inaccesible.
Quién tiene un temperamento más tranquilo y desea una historia que de seguridad y alivio, no está pronto a estar con uno de Escorpio. Amarlo significa probar mucho más que "50 matices", liberarse del tabú, de las inhibiciones y de los preconceptos sobre sí mismos y sobre los demás.
Al comienzo será quizás tempestuoso, pero aquello que se tenga a cambio será el amor más extraordinario de la propia vida, rico de sorpresas, nunca triviales, cada día nuevo y excitante, viviendo el hoy como si no fuera un mañana.