Su casa va a remate luego que ha perdido el trabajo, pero los conciudadanos se la vuelven a comprar
Cuando se superan ciertos umbrales de edad, se vuelve siempre más difícil repensar en sí mismo y proyectarse hacia nuevas experiencias y actividades, especialmente desde el punto de vista laboral.
La situación, para muchas personas que pierden su ocupación después de los 50 años, y para sus familias, puede de hecho volverse verdaderamente duro de sostener, tanto de llevarlos a condiciones de grandes dificultades.
Es aquello que lamentablemente ha sucedido a un obrero de 56 años residente en Tula, un país de 1500 habitantes en la provincia de Sassari, en el norte de Cerdeña. La desesperación y el malestar del hombre, de hecho ha dejado al lugar un poco de serenidad, gracias al hermoso gesto de sus conciudadanos. Descubramos qué cosa ha sucedido.
via L'Unione Sarda
Tomasino es el nombre del hombre de 56 años en cuestión, al cual le ha ocurrido justo aquello que mucho de sus coetanos temen: perder el trabajo y en consecuencia, no llegar más a pagar las cuotas del crédito y llevar adelante a su familia.
Verificada la imposibilidad en saldar la mensualidad, el banco de hecho ha decidido de poner el inmueble bajo secuestro y de ponerlo luego en remate por 27 mil euros. Así es que el hombre, se ha venido a encontrar en una situación de verdad complicada, incluso porque no vivía solo en la casa, sino con su mujer y dos hijos.
Entonces decidió en dirigirse al servicio social del municipio de Tula, para hacer presente su situación y pedir ayuda como a menudo ocurre en realidad en los pueblos pequeños, las noticias circulan de manera rápida y generalizada. Así, una vez que los habitantes del pueblo sardo vinieron a saber que cosa le estaba ocurriendo a Tomasino, han decidido de poner en pie una verdadera y propia carrera de solidaridad, poniéndose en acción en primera persona.
Con inmenso altruismo, ciudadanos, asociaciones, comités y parroquia se han unido en una gran recaudación de fondos, que ha dado óptimos resultados. Gracias a la contribución obtenida y a la lotería de beneficencia puesta en pie a propósito en las casas de los tulesis ha llegado el dinero necesario para volver a comprar en el remate la casa del obrero y así poder devolvérselo.
El empeño colectivo ha sido enorme, así como grandísima ha sido la sensibilidad despertada por la historia de Tomasino. En tiempos donde solidaridad y humanidad son conceptos demasiado a menudo olvidados o puestos aparte, es bello saber que existen todavía realidades que logran unirse por el bien de quienes son menos afortunados.